Si os apetece un día de ruta facilita y muy accesible para iniciaros con vuestros peques en el mundo del senderismo, una ruta en la que podáis disfrutar del frescor de arboledas, meter los pies en el agua en verano, ver los colores del otoño llegada la estación …aquí tenéis una magnífica opción.
Os proponemos disfrutar de un delicioso paseo que os llevará a la Fuente de la Teja, donde se localiza el nacimiento del río Darro, en pleno corazón del fantástico Parque Natural de la Sierra de Huétor.
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Cómo llegar al inicio de la ruta Fuente de la Teja
Llegar es realmente fácil: basta con utilizar la cómoda Autovía A92 y tomar la salida 259 hacia el Parque Natural (a la altura del Puerto de la Mora aproximadamente). Aquí comienza una pista de tierra que nos lleva hasta un cruce de caminos en el que podemos dejar el coche aparcado y comenzar la ruta a pie.
Para iniciar la ruta que os proponemos hasta la Fuente de la Teja ,debéis tomar el camino de la derecha, delimitado por una cadena que impide el paso a los vehículos.
La ruta cubre una distancia de 7,75 Km (incluyendo el pequeño desvío hacia las trincheras de las Veguillas que os comento un poco más adelante) y es de dificultad baja.
Es prácticamente imposible perderse, ya que está bien señalizada y el camino es muy claro, pero por si acaso, os la hemos dejado también grabada en Wikiloc.
Una ruta de senderismo familiar y muy accesible
Toda la ruta discurre por una pista de tierra en bastante buen estado, con un leve desnivel, lo que la hace realmente accesible para cualquier persona, incluso si no está habituado/a al senderismo.
Además, el camino es bastante ancho y perfectamente apto para bicicletas o incluso carritos de bebé o, mejor aún, bebés porteados en mochila.
Resulta ideal para ir con peques que aún no caminan muchos kilómetros o que no están habituados a rutas con un desnivel pronunciado o que discurren por terrenos más escabrosos.
Durante todo su recorrido, la ruta es grande, segura y muy cómoda, así que podrán corretear libremente durante todo el camino.
Además cuenta con el aliciente de terminar en una pequeña área recreativa con agua (la Fuente de la Teja propiamente dicha), perfecta para disfrutar de un almuerzo o una merienda familiar al fresquito ¡incluso en verano!
Normal que sea una de las rutas preferidas por las familias senderistas ¿verdad?
La vegetación en la ruta De la Fuente de la Teja
A lo largo del paseo iréis rodeados de pinos de repoblación principalmente, alguna encina y matorral. También encontraréis especies como rascavieja, hiniesta, zarzamora, algarrobilla de monte, tomillo, romero… y muchas más.
Si tenéis suerte encontraréis en el camino troncos cortados o lo que conocemos como tocones.
Además de que vuestros pequeños los usarán para saltar de unos a otros, podéis aprovechar para hablarles de qué nos cuentan esas líneas que vemos dibujadas en ellos.
Os «chivo» un poquito de info, por si os viene bien para la explicación a vuestros minis.
Cada árbol tiene su propio ciclo de vida, como el vuestro y el mío: nace, crece, madura y muere. ¿Pero sabríais averiguar la edad de un árbol?
Normalmente, cuando vemos a una persona con la piel arrugada, con manchas, deducimos que estamos ante alguien que ha vivido muchos años. Automáticamente relacionamos esos signos con la cantidad de años.
Pues algo muy similar ocurre con los árboles ¡en este sentido no nos diferenciamos mucho de ellos!.
Para saber la edad de un árbol y algo más sobre su pasado lo mejor es leer los anillos que aparecen en su tronco.
Los anillos representan los años del árbol: se genera uno cada año que pasa. El anillo nuevo nace entre el anillo más reciente y la corteza del árbol.
Pero los anillos nos dicen muchas más cosas: cuando estéis ante el tronco cortado de un árbol prestad atención. Veréis que hay anillos con zonas oscuras y otros con zonas más claras. Con esos tonos también nos ofrecen información: las zonas claras se dan cuando el árbol ha crecido en primavera y las oscuras cuando el crecimiento se produce a finales de verano o a principios del otoño. ¿Y qué averiguaréis con esto? Pues conocer en qué circunstancias nació y se desarrolló ese árbol.
¿Seguimos?. Resulta que el grosor de los anillos también nos da información sobre la vida del árbol. Concretamente nos indica en qué condiciones ha vivido: a mayor grosor, mejores condiciones.
Por ejemplo, si el árbol tuvo mucha agua, el anillo que lo representa será grueso. Con esta información también podemos hacernos una idea del lugar donde habita.
Curioso,¿ a que sí? Pues como último dato os diré que la palabreja que utilizan los científicos para referirse al hecho de medir estos anillos de tiempo es “dendrocronología”, Tomayá, un «palabro» más más a vuestro diccionario.
El Mirador de las Veguillas: panorámica general de la vegetación de la zona
Continuando el camino, llegaréis al Mirador de las Veguillas que os regalará una panorámica preciosa.
Al asomaros podréis ver una importante masa de encinar, que es la auténtica vegetación propia del lugar (si éste no hubiera sido alterado).
En las zonas donde hay más humedad, estas encinas se mezclan con quejigos.
También podréis ver, dependiendo de la época del año en la que hagáis esta ruta, vegetación de ribera que diferenciaréis fácilmente por los colores amarillentos y anaranjados que sobresalen del verde que domina esta sierra.
Y cómo no, veréis las grandes masas de pinos de repoblación, que son principalmente pino resinero y pino silvestre.
La fauna en la ruta de la Fuente de la Teja
Tras pasar el Mirador de las Veguillas, si seguimos disfrutando del paseo y estamos muy atentos, podemos tener la suerte de divisar algún águila, escuchar el canto de ruiseñores, o ver una cabra montés con sus pequeños. ¡Nosotras nos encontramos con una familia de cabras monteses al completo paseando tranquilamente por el monte!.
Escarabajos, lagartijas, ardillas, conejos…, son otros de los muchos animalitos que veréis con facilidad a lo largo del camino.
Eso sí, recordad que los habitantes de este ecosistema son asustadizos, así que la única manera de verlos es disfrutar de la naturaleza sin estridencias, respetando el entorno que recorremos en todos los sentidos… y éste nos lo agradecerá con espléndidas sorpresas en forma de avistamiento de diferentes especies animales.
Una parada para la historia: las Trincheras de las Veguillas
Siguiendo el camino encontraréis una señal que os indica varias direcciones: Centro de visitantes Puerto Lobo, Sendero Cañada del Sereno y mirador de Las Minas. Os invito a tomar toooodas las direcciones (evidentemente una a una en diferentes rutas), porque todos estos caminos son espléndidos.
Sin embargo, si queréis hacer un pequeño alto en esta ruta de la Fuente de la Teja para acercaros a nuestra historia más reciente, justo en este punto tenéis una fantástica oportunidad.
En este desvío encontraréis el carril que os lleva a las Trincheras de las Veguillas, que se localizan fácilmente tras un breve descenso y un ascenso no demasiado largo.
El frente en Granada, durante prácticamente toda la Guerra Civil fue muy estable, y quedó fijado desde el principio. La línea de división entre ambos bandos se situó en las sierras, ya que estas permitían un buen control visual y presentaban notables ventajas para organizar la defensa.
Estas trincheras fueron construidas por el conocido como «bando nacional», y se diferencian de las construidas por el bando republicano por los materiales de construcción utilizados. Al tener los primeros acceso a cemento y hormigón, podían construir estructuras más estables y sólidas, que han perdurado hasta nuestros días.
Las líneas de trincheras llevan a nidos de ametralladoras y puestos de observación, algunos con vistas al Mirador de las Veguillas que habréis dejado atrás y podréis ver también restos de una habitación y de un búnker.
Las líneas de trincheras se conservan perfectamente en muchos tramos por lo que se pueden recorrer sin esfuerzo, aunque en algún caso os sorprenderán pinos ¡que han nacido en mitad de las trincheras!.
Como la ruta es lineal, esta parada para ver las trincheras podéis hacerla a la ida o a la vuelta, lo que más os apetezca.
Y si os ha parecido interesante el tema de la arquitectura defensiva de la Guerra Civil que se conserva en la zona…¡recordad que tenéis muchas más muestras en el Parque Natural!. Aquí os dejo enlace a una ruta (ojito, para mayores o peques grandecitos que anden bastante, porque son 22 Km) que recorre varias de estas trincheras (aunque hay muchas más en otras zonas).
¿Ganas de más?, aquí tenéis otra pista: una publicación sobre itinerarios en torno al Patrimonio Defensivo en las Sierras del Arco Noreste de Granada.
Nosotros las hemos recorrido casi todas. En otro post en el que os hablo de planes para familias en Víznar, tenéis información sobre las espectaculares Trincheras del Maúllo.
La Fuente de la Teja
Tras la visita a las trincheras (si la hacéis a la ida), solo unos metros más adelante encontraréis la Fuente de la Teja, bien señalizada con carteles informativos.
Podréis acceder a ella cruzando el puente o bajando unas pequeñas escaleras.
Os diré que no es un rincón de muchas aglomeraciones, nosotros hemos realizado esta ruta varias veces y nunca nos hemos encontrado el lugar masificado, como mucho una o dos familias en la zona a la hora del almuerzo.
El lugar es tranquilo y perfecto para sentarse a almorzar y para que vuestros peques jueguen.
Además, en verano es ideal para disfrutar del fresquito, ya que la umbría domina el paisaje. Si le añadimos el sonido del agua de fondo… el resultado es inmejorable.
Los acuíferos y la permeabilidad de las rocas calizas que son las que predominan en esta zona, hacen que el agua de lluvia penetre y discurra de forma subterránea hasta encontrarse con un trozo impermeable, lo que hace que el agua «busque» una salida a la superficie, dando lugar a esta fuente.
La presencia del río hace que la vegetación que vais a disfrutar allí sea la clásica vegetación de ribera, por lo que estaréis rodeados de especies como sauces, chopos, álamos u olmos.
Es una de las primeras aguas de la cabecera del río Darro y su nombre viene de que, de donde antes emanaba el agua (y aún lo hace en época de lluvias), hay colocada una teja… Como veis no hay mucho misterio y el nombre es súper descriptivo.
Importante, tengo que decirlo ¡seamos respetuosos por favor!.
La última vez que visitamos este maravilloso lugar, vimos varios restos de comida, residuos, esparcidos en los alrededores de la fuente.
No eran plásticos, pero os recuerdo que los restos de comida son también basuraleza y pueden tener consecuencias muy negativas en los ecosistemas, además de que resultan un auténtico «imán» para más basura, así que por favor, ¡respetemos a la naturaleza!.
Nada de basura. Aplica esta sencilla regla: que parezca que no has estado allí. Así de sencillo.
A la vuelta solo tenéis que deshacer vuestros pasos. Yo os recomiendo alargar lo máximo posible el momento de relajación que os brinda este lugar y después, tranquilamente volver disfrutando del paseo.
¡Nos vemos de ruta!