Hemos perdido otra empresa Little Granada.
Y si perder a una empresa de nuestra pequeña tribu es siempre duro, creo que resulta aún más doloroso cuando se trata de una librería.
Ha cerrado sus puertas La Tinaja de Popi. El precioso negocio de Patricia, la sonrisa más bonita de todo Littlegranada.
Pasó hace unos tres meses, pero no lo habíamos contado aún porque Patri no tenía «cuerpo» entonces para despedirse, para decir adiós a clientes, amistades, a una ilusión que no ha podido ser.
Cuando me contó que cerraba, tenía listo el post de presentación de su librería bonita, con texto y fotos… Hoy lo reviso y os cuento la historia de otra manera, porque me ha pedido que sea yo la que escriba su despedida. Ahí es nada.
La Tinaja de Popi era una librería infantil en la que, además, pasaban cosas.
Allí podías comprar los libros infantiles más bonitos, con el mejor asesoramiento del mundo, pero también podías dejarte caer con tus peques por los Exploradores del arte de Elena Carcedo, disfrutar de cuentacuentos, talleres de molinillos de viento, hama beads, nubes de azúcar e incluso ¡fiestas de pijamas!.
La Tinaja de Popi era tan especial que tenía un árbol dentro, y en el pie de ese árbol, vivía un pequeño ratoncito.
La selección de libros era…sencillamente deliciosa. En La Tinaja de Popi, además, podías encontrar una enorme variedad de libros sobre emociones y sobre necesidades especiales. Y eso tiene mucho que ver con la historia de la librera.
Esta librería nació por amor (y eso es algo que compartimos todas las empresas Little Granada). Por amor a Javier, el hijo de Patricia.
Javier es este bellezón de ojos grandes, sonrisa cautivadora y autismo. Si además lo fotografía Teresa, de Okoa, resulta irresistible ¿verdad?
Cuando tienes un hijo autista aprendes mucho, eso me lo ha enseñado Patricia, pero también debes esforzarte para intentar enseñar mucho. Para ella, los libros resultaron una herramienta maravillosa para relacionarse con Javier, para aprender de él, hacerle descubrir emociones, sentimientos…
Javier es el centro de la vida de Patricia, y se convirtió también en el centro de su negocio, siempre presente y representado en ese muñeco dentro de una tinaja. Y es que los padres de Javier, el papá del chico, son alfareros, y por eso dicen que su hijo nació en una Tinaja, La Tinaja de Popi.
Tan importante es su hijo, que esta librera-aventurera eligió para su proyecto un local en la zona en la que vive el padre del peque, para poder conciliar al máximo. Y es que Patricia y su marido no funcionaron como pareja, pero si que funcionan como padres, y de qué manera.
Si alguna vez me separo, tengo aquí un modelo maravilloso de cómo debe ser la relación entre una pareja con hijos que ya no convive.
No sólo trabajan por el bienestar de su hijo, sino por el de ambos: ver al ex de Patri con la furgoneta llevando y después recogiendo todos los muebles y libros a la Feria Little Granada a las mil y quinientas de la noche, implicado en el proyecto, ayudando…, verlos juntos arrimando el hombro y sonriendo, te reconcilia un poquito con la idea del amor (en todas sus formas).
Pero pese a todo este amor, la librería no pudo ser.
Estoy convencida de que el principal problema del proyecto estaba en la ubicación. Era buena para conciliar, seguro, pero nefasta comercialmente. Un pequeño local (muy bonito), en una calle escondida y con apenas tránsito, la Calle Las Flores (zona Camino de Ronda).
El comercio es muy duro, y tiene sus reglas (hablo aquí del comercio tradicional, no del online).
Una de ellas, es que debes elegir muy bien tu ubicación, porque la posibilidad de vender y el volumen de ventas están directamente relacionados con el tránsito de peatones por la calle. También tiene que ver con la zona en la que se ubica un negocio. El centro comercial es el centro comercial. Allí se vende, y por eso los locales cuestan la locura que cuestan.
No quiero decir que el comercio de barrio no funcione, ni mucho menos, pero si que es muuuucho más complicado. Y que hay que elegir muy bien la zona, tener en cuenta la población que hay en el barrio (edad, poder adquisitivo etc.), los servicios etc. Por ejemplo, una librería-papelería en la puerta de un colegio en un barrio, que trabaje libros de texto, además de juguetes etc. casi siempre funciona, pero nadie pondría una tienda de moda en la zona de Bola de Oro, que es por donde yo vivo.
En fin, obviamente no se trata de una ciencia exacta, si no, todos los negocios funcionarían ¿verdad?. Hay muchas variables a tener en cuenta, e incluso, cuando sobre el papel todo funciona, puede que levantes la persiana y la realidad te de un buen zasca.
Patri no sólo se enfrentó a una ubicación complicada, también lo hizo a la crisis de las librerías que estamos viviendo. En estos meses también han cerrado en Granada Little London Book & Toys y La Metro.
Deberíamos colocarnos tod@s un crespón negro. Y automáticamente ir a más librerías, ¡y comprar más libros leches!.
La Tinaja de Popi no ha funcionado, el negocio de Patricia no era viable, no salían las cuentas.
Pero ella si que es viable. Ella es sencillamente brutal.
Esta mujer resultó ser la auténtica «triunfadora» y la gran sorpresa de la última Feria Little Granada. ¿Quién no se quedó enamorado de su sonrisa, su inteligencia, su buen humor, su simpatía, su dulzura, su energía?. Aquí si que salieron los números, pero sólo dos días…, y un negocio necesita más…
Deslumbró en una preciosa charla sobre iniciación a la lectura en edades tempranas, junto a Virginia Ureña, de Patosuca, poniendo sentido y sensibilidad en sus aportaciones.
Deslumbra cada vez que hace un cuentacuentos en la biblioteca pública Francisco Ayala, o en un cole o centro infantil.
Pocas personas conectan tanto y tan bien con los peques a través de los cuentos. Sólo con el texto, y la voz y la actitud…ni siquiera es precioso disfrazarse, sólo hay que contar de corazón a corazón, y ella sabe hacerlo como nadie.
Estoy convencida de que el futuro de Patricia tiene que estar ligado al mundo infantil y al mundo de los libros, y ella también.
Y ahí anda, dándole vueltas a un par de ideas bonitas y con la mente abierta a las propuestas que le llegan, que no son pocas.
Así que, para todas las personas que piensan que fracasar es ir hacia atrás, os diré que no. Que no mola, of coruse, a nadie le gusta errar, pero se aprende.
La madurez y la experiencia que da el error (bien procesado) te hace más fuerte, más sabia.
Estoy convencida de que, de alguna manera, con su error Patricia está construyendo un trampolín, bien fuerte, que le va a ayudar para saltar al siguiente escalón en su camino.
Y yo estoy deseando estar ahí para verlo. Y sé que hablo por todas las empresas de la familia Little Granada cuando digo que estamos ahí para ayudarla a hacerlo. Porque eso es lo que hacen las familias ¿verdad?, se ayudan, a las duras y a las maduras.
Oye, y si tienes una propuesta o una idea chula para ella, igual podéis charlar un rato…(puedes contactar con ella a través de los comenarios de este post)
#Somoslittlegranada Patri, siempre 🙂
