Confieso que la primera vez que escuché el término «ecografía emocional», se me quedó cara de acelga.
Mi experiencia con las ecografías fue intensa y estrictamente médica. Me explico: los embarazos gemelares están considerados de alto riesgo, y tienen un seguimiento bastante más intensivo que el resto, el cual incluye numerosas ecografías.
Lo cierto es que siempre asistí a las ecografías con algo de miedo, casi conteniendo la respiración hasta que me decían «están bien». Si soy sincera, a partir de ahí, ya me daba todo igual.
Por eso probablemente me resultaba tan extraño que alguien quisiese hacerse una ecografía «por gusto», y conservar las imágenes en fotos o video.
Menos mal que de entre las mil y una cosas buenas que Little Granada ha traído ha mi vida, se encuentran las personas que te ofrecen nuevos puntos de vista y experiencias diferentes a la propia. Es el caso de Antonio y Olga, de Ecox-4D Granada, que aparecieron el año pasado dispuestos a mostrarme por qué a la gente le gustan tanto las ecografías emocionales.
Lo primero que me dejaron meridianamente claro es de qué hablamos cuando hablamos de una ecografía emocional. Se trata de una ecografía que no tiene absolutamente ninguna finalidad médica.
No nos van a decir cuánto pesa o mide nuestro bebé, si su desarrollo es el correcto o no etc. Obviamente eso es algo que sólo pueden hacerlos l@s médicos, que para eso estudian una barbaridad (en realidad, si tenéis familiares o amigos/as que se dedican a la medicina, ya sabéis que nunca dejan de estudiar a lo largo de toda su carrera 😉 )
La ecografía emocional, por tanto, no pretende en ningún momento sustituir a la ecografía diagnóstica.
Su sentido es diferente, y lo que aporta es totalmente distinto, e incluso podríamos decir que complementario: con la ecografía 4D aumenta la concienciación sobre el embarazo, se refuerza y estrecha el vínculo con el bebé que está por nacer, y supone un momento realmente emocionante para la pareja.
Como soy incapaz de recomendar nada antes de ver, probar, valorar, mis amigos de Ecox4D Granada, me invitaron a participar como observadora en una de sus sesiones.
Desde aquí quiero agradecer de nuevo el cariño de la pareja que me permitió formar parte de ese momento tan especial, y conocer a su bebé tan prontito.
Lo primero que destacaría es el ambiente que se respira allí, tanto en la sala de espera, como dentro.
Como os he contado, en el seguimiento de un embarazo de alto riesgo, lo que hay en la sala de espera es mucha, mucha tensión, y a veces se viven momentos tristes y duros, porque las cosas no siempre van tan bien como deseamos.
Sin embargo, en la sala de espera de Ecox4D hay sonrisas de oreja a oreja. Partimos de unos padres que saben que su bebé está bien (porque se lo ha dicho su ginecólogo/a), y lo que desean es verlo, sentir su presencia de una forma más clara y directa, conservar ese momento.
Y digo padres y madres, pero podría decir familia al completo, porque en la sesión pueden entrar algunas personas más si los padres lo desean. Lo cierto es que no es lo habitual, pero el día que yo estuve si que vi un momento un poco «Camarote de los Hermanos Marx» en una de las sesiones, en las que la mamá entró acompañada de…¿su bloque de vecinos?. Es broma 😉
¿Y qué ocurre dentro?. Pues que dentro está Olga. Y Olga es amor.
Esta mujer sensible y dulce, llena de calidez el ambiente y hace auténtica magia con la tecnología. Sus manos, precisas y firmes, parecen tener un instinto especial (que no me cabe duda que es una mezcla de formación y amplia experiencia) para saber dónde colocarse y captar las imágenes más nítidas y claras del bebé.
Lo cierto es que la calidad de la imagen es una de las cosas que más me sorprendieron. Gracias a los ultrasonidos, se muestra en pantalla la imagen del bebé casi a la perfección: podemos verlo sonreir, bostezar, chuparse el dedo, quedarse dormido, el sexo…
Sobre el sexo, si me atengo a lo que vi en la tarde que pasé allí diría que no fallan, y es que hubo dos familias a las que habían indicado que su bebé era de otro sexo. Alucinantes los gritos de alegría de una pareja con tres chicos cuando les dijeron que el cuarto bebé era definitivamente niña.
Para quienes andan muy despistadas/os con esto de la tecnología, como yo, os indico que la cuarta dimensión a que hace referncia el 4D es el tiempo, ya que todas las imágenes son grabadas en tiempo real, y después se os entregan en un reportaje, que también incluye algunas fotografías.
Sinceramente, resultó un momento muy tierno, íntimo y bonito, y los padres lo vivieron con auténtica emoción. Incluso yo me emocioné, y eso que soy de natural soso y bastante bruta para estos temas.
Olga te hace sentir que tiene todo el tiempo del mundo para dedicarte a ti y a tu bebé, que no hay prisa, que lo importante es disfrutar juntos de ese momento especial.
Una vez fuera, Antonio, que es puro nervio y todo sonrisa y buen humor, monta el reportaje del futuro bebé y os ayuda a elegir las fotos que más os gusten. Y listos, os lleváis a casa una bonita experiencia y un recuerdo original.
En fin, ya sabéis, si os apetece la experiencia, no lo dudéis, llamadlos y concertad una cita. Su teléfono es el 958 08 10 24 y su local no tiene pérdida, está en Calle Arabial nº 92, justo frente a Hipercor.