Las librerías, los libros, las libreras y los libreros ocupan un lugar muy especial en el proyecto Little.
Es una cuestión de corazón. Amo los libros desde que era pequeña. En todos los sentidos: me gustan las historias, pero también me fascinan las ilustraciones, los diferentes tactos del papel, las encuadernaciones esmeradas, las maquetaciones arriesgadas, los pop ups imposibles, el propio olor de la tinta impresa…
En mi casa se respiran libros. En cada momento de mi vida se han ido respirando con mayor o menor intensidad distintas temáticas, diferentes géneros… En otras épocas campaban a sus anchas la literatura rusa, el auténtico pulp, los ensayos sobre sociología y política, la poesía, los clásicos, la historia… Luego irrumpieron los libros sobre ecología y medio ambiente (llegaron por matrimonio y los acogí también,qué remedio), el feminismo; también los tostones relacionados con la ocupación profesional (menos mal que estos últimos se marcharon felizmente).
En estos momentos las estanterías están tomadas por los libros infantiles y por la novela negra (todas tenemos vicios ¿no?), y salpicadas de color por los títulos que leemos en ese desprejuiciado Club de lectura que es la Hora de té y libros, gestionado por Raquel Hernández (si te sobran un par de horas al mes, no dejes de apuntarte).
Pero está claro que lo que más «entra» en casa son libros infantiles. Porque tengo dos pequeñas neolectoras, y porque, yo confieso, me fascina la literatura infantil, más concretamente me vuelve loca el album ilustrado.
Por eso soy asidua de librerías infantiles, y de las secciones infantiles de las librerías generalistas, aunque estas últimas me gustan algo menos, porque suelen estar dominadas por las novedades del mercado, o las últimas modas. Si, si, existen modas en literatura infantil, no hay más que mirar la última avalancha de libros sobre emociones para darse cuenta de ello.
Así que cuando encuentro una librería infantil especializada, atendida por auténticas libreras, la convierto en mi segunda casa.
Eso es justo lo que me ha pasado con la Librería Imagina.
La Librería Imagina no es nueva en Granada, en realidad es toda una veterana, casi podríamos decir que una superviviente, y su propietaria, Mª Ángeles, cuenta en el medallero con varias generaciones de pequeños lectores y lectoras felices que han correteado por sus pasillos.
Mª Ángeles es una librera de raza. Vive el libro y toda su vida ha estado ligada a ellos de diferentes maneras (también desde la edición y la distribución), y eso se nota en su librería. La Librería Imagina es la librería infantil más completa de Granada, sin lugar a dudas.
Sus fondos son alucinantemente extensos, y están perfectamente clasificados y expuestos a la vista, para que te deleites y emplees el tiempo que necesites recorriendo sus estanterías. Allí hay de todo. TODO. Desde el último libro infantil «trending topic» rollo «El pollo Pepe» o «Paco y Mozart», hasta las maravillas de Barbara Fiore pasando por los libros infantiles para fetichistas del papel de la editorial Maeva Young (madre mía, madre mía, madre míaaaaaaaaaa, los títulos de esta editorial. Eso os lo cuento otro día).
Claro que todo esto, los fondos extensos, la posibilidad de comprar en su tienda on line con toda la comodidad…, todo daría igual si no hubiera vedaderas libreras allí. Porque las libreras son lo que hacen diferentes a las librerías.
Veréis, el libro no se «despacha», el libro infantil se vende con amor, asesorando, informando, sabiendo escuchar a quien tienes enfrente, atendiendo las historias sobre su peque y las cosas que le gustan o no le gustan, lo que le hace reír o le da miedo, lo que le emociona…
El libro infantil se vende leyendo libro infantil. Abriendo ansiosa las cajas de la distribuidora cuando sabes que vienen con las últimas novedades editoriales, repasando en ratos muertos los tesoros de tus ilustradores favoritos, creando porque si una sección sobre diversidad e igualdad dentro de tu librería…
El libro infantil se vende con la alegría de quien sabe que puede que el peque que lo reciba guarde ese tesoro durante toda su vida, que quizás lo busque cuando sea adulto para comprarlo y leérselo a sus hijos, cerrando ese círculo perfecto en el que vuelve a encontrarse con el pequeño lector que un día fué.
El libro infantil se vende con el corazón. Y así es como se vende en la Libería Imagina.
Pero no sólo hay libros infantiles allí, sino que también nos hallamos ante una librería especializada en educación.Subiendo las pequeñas escaleritas hacia la parte alta de la librería, encontraréis todo un paraíso de libros especializados en necesidades educativas especiales, escuela de padres, crianza, psicopedagoía, didáctica, educación infantil, psicología…
Lo cierto es que aluciné bastante con los materiales de apoyo al tema de la lectoescritura: ¡hay un millón!. Desde las tradicionales cartillas a los métodos más innovadores, pasando por ingeniosas y entretenidas soluciones para que los peques practiquen, por ejemplo, la caligrafía. Yo me llevé uno estupendo para practicar la letra ligada, y a mis hijas les encanta, porque es de los de escribir y borrar una y otra vez.
Y como en casi todas las librerías, al libro infantil le acompaña una estupenda sección de juguete educativo. Absteneós de pasar por allí si andáis buscando una muñeca Bratz, pero no dejéis de visitarla si os apetece llevaros un luego de mesa, materiales utilizados con pedagogías respetuosas, alguna manualidad o pequeñas e ingeniosas soluciones para pasar un rato divertido.
Hoy, día del libro infantil, estáis tardando en hacer una incursión en la Librería Imagina y salir cargadas de tesoros.
¿O quizás estáis esperando a la Feria Little?. Bueno, una cosa no quita la otra, que aún quedan dos semanitas. Nos acercamos hoy a la Calle Ancha de Gracia para ir explorando el terreno y «pecar» un poco, y dentro de un par de semanas le hacemos una nueva visita a Mª Ángeles en su stand de la Feria Little, o nos pasamos por alguna de las firmas de libros que estará apoyando en nuestro corner de firmas, o le compramos ese libro que nos ha enamorado en el cuentacuentos que acabaremos de ver, o disfrutamos de ella y de Virginia Ureña, la directora de Patosuca, charlando sobre lo que aman, los peques y los libros.
Pero sobre todo, no dejes de conocer a esta librera y su precioso proyecto, y cuando lo hagas, permanece atenta y verás, como yo, que cuando MªÁngeles pestañea es como si pasaran las hojas de un libro…
