Últimamente miro las redes y el WhatsApp y es como si no los viera… Pasan ante mis ojos mil publicaciones, anuncios, Stories y son pocas las cosas que despiertan en mi un poco de interés y me hacen salir de este letargo veraniego y raruno.
Sin embargo, hace poco un mensaje me hizo despertar.
Me lo mandaba una amiga muy querida, que ha sido muy importante en Somoslittle en muchas ocasiones, y que ahora trabaja para una empresa de turismo en Granada.
El mensaje llevaba en negrita Visitas guiadas Granada y me enganchó con su nombre: Paseando Granada.
En esta familia somos muy de pasear y pocas cosas nos gustan más que caminar, por el campo o por la ciudad, así que aprovechamos cualquier excusa para calzarnos las botas o las sandalias planas y gastar algo de suela.
Últimamente, con la situación generada por «el bicho», paseamos más por el campo para disfrutar del aire libre y rincones poco conocidos de nuestra provincia, y teníamos la ciudad bastante abandonada.
¡Error!. Error muy gordo, porque
si algo positivo se le puede buscar a esta situación horrorosa es que, de una manera extraña e imprevista, las familias de Granada tenemos la oportunidad de redescubrir y «reconquistar» nuestra ciudad.
Esta ciudad de la que los locales habíamos borrado determinados barrios, calles, restaurantes, monumentos… huyendo de los incordios del turismo de masas y de esa sensación de vivir en el «Centro de atracciones turísticas Granada» .
Mi última incursión por la Granada más turística fue en la Abadía del Sacromonte, uno de los lugares turísticos menos masificados, y os aseguro que el trayecto hasta ella desde Plaza Nueva y por el Paseo de los Tristes se me hizo insufrible al sentirme literalmente arrastrada por un río de gente…
No sé vosotros, pero hasta hace muy poco sencillamente no se me ocurría ni pensar en tomarme algo en las Bodegas Castañeda o darme una vuelta por los bares de la Calle Navas. Ni pasar por mi cabeza la idea de ir a comer o cenar al Albayzín (a no ser que vinieran amigos o familiares de fuera) e intentar hacerme un hueco en alguno de sus miradores se me antojaba un deporte de riesgo.
Pero llegó «el bicho» y con él una situación muy complicada para las empresas que se dedican al turismo en nuestra ciudad, que tanto depende de esta actividad económica.
Las calles se vaciaron, las terrazas comenzaron a tener mesas disponibles en hora punta y la belleza de esta espléndida ciudad volvió a surgir ante nuestros ojos.
Y las empresas cuyo cliente principal hasta hace muy poco eran casi exclusivamente a turistas, volvieron sus ojos a los habitantes de la ciudad, diseñando una oferta diferente o retomaron propuestas para visitar Granada dirigidas a los locales, que ahora volvían a tener sentido. Es el caso de Cicerone, empresa pionera en promocionar nuestra ciudad dentro y fuera de ella.
Rutas turísticas por Granada, visitas guiadas, rutas nocturnas, rutas culturales por Granada…mil y una propuestas que nos invitan y nos tientan a redescubrir nuestra ciudad.
Esta oportunidad de oro de vivir Granada, y con ello ayudar de camino a «revivir» un poquito a estas empresas que lo están pasando mal, llego a mi gracias a Cicerone Granada, la empresa en la que trabaja mi amigui Cristina Chamorro.
Las visitas se aglutinan en el programa Paseando Granada y hay para todos los gustos: sobre el Albayzín, sobre Federico García Lorca y la Granada que inspiró al poeta, sobre la reina Isabel la católica ¡e incluso sobre misterios!….
Las hay para noctámbulos y para paseadores mañaneros y lo difícil es decidirse por una u otra.
Ojo, no están dirigidas específicamente a público infantil o familiar, pero si que son aptas para «todos los públicos», así que a mi me cuadran perfectamente.
De hecho nosotros realizamos la visita en familia, con las niñas, y os garantizo que no «sufrieron» en absoluto.
Finalmente, nos decidimos por una visita guiada al Albayzín, que lleva por nombre: miradores del Albayzín bajo las estrellas.
Me apetecía pasear por el barrio y descubrirlo con ojos nuevos, disfrutando del fresquito de la noche y las vistas espectaculares de sus miradores.
Y qué queréis que os diga, resultó todo un triunfazo 😉
Partimos de Plaza Nueva, donde nos esperaba la guía y desde allí caminamos por el Paseo de los Tristes hasta el Albayzín, descubriendo calles poco concurridas y miradores por los que nunca había pasado.
Dos horas de delicioso paseo por un barrio cuyas historias nos llegaron de la mano de una guía turística de lujo, amante de su trabajo y totalmente entregada y decidida a que nos enamorásemos de nuevo de nuestra ciudad. ¡Gracias Mariana!
Y si, os sonará a tópico, pero nos dimos cuenta de que nos quedan muchas cosas por aprender de nuestra ciudad y que es un pecado mortal no disfrutarla más.
Culminamos con unas cañas al fresquito en la Peña La Platería, con unas vistas que te mueres, pero podríamos haberlas tomada en cualquiera de las típicas plazas del Albyzín, en las que ahora se respira un auténtico espíritu de barrio y no hay que batirse el cobre con mil guiris para coger sitio.
Espléndido el trabajo de Cicerone Granada con este programa de rutas culturales por Granada que se ofrece a un precio absolutamente simbólico para el nivelazo de la visita: 15€ por persona ¡y niños gratis! (hasta 13 años).
A mi me parece casi regalado para el lujazo de disfrutar de una visita guiada por Granada en un grupo súper reducido, todas las medidas de seguridad y con unos guías de quitarse el sombrero.
No sé vosotros, pero yo me voy a «abonar» a estos paseos, que van a desarrollarse durante todo el verano, y pienso patearme la ciudad de cabo a rabo por puro placer.
Además, me parece que es lo menos que podemos hacer para apoyar a estas empresas en un momento muy complicado, y mandar a paseo el tópico de que el turista nacional no gasta en cultura (que algo de verdad tiene, mal que nos pese).
Si os animáis, reservar vuestra visita guiada por Granada es tan sencillo como pasarse por la web de la empresa, que además es bien bonita (por obra y arte del mejor estudio de diseño gráfico de Granada).
¡Nos vemos paseando Granada!