Cada vez son más las mujeres que acuden a clínicas de cirugía estética tras el embarazo.
Mastopexia (elevación de senos), abdominoplastia (eliminación de exceso de piel y grasa abdominal), lipoescultura, corrección de cicatrices tras una cesárea…, son palabras cada vez más comunes en las conversaciones de las madres recientes.
Y no es de extrañar, porque la cirugía estética está cada vez más presente en nuestras vidas, no sólo tras pasar por un embarazo.
Las intervenciones de este tipo se han mejorado y desarrollado como nunca antes a nivel técnico, y recurrir a ellas es una práctica que se ha normalizado en nuestra sociedad.
Sin embargo, no deja de ser un tema polémico. No hay más que ver el revuelo causado por intervenciones calificadas como “mommy makeover” de famosas cantantes o actrices tras sus embarazos.
Curiosamente, mientras el someterse a intervenciones de cirugía estética está cada vez “mejor visto” o menos “socialmente cuestionado”, cuando quien toma la decisión de hacerlo es una mujer que ha pasado por un embarazo y un parto, el debate se recrudece.
Acérrimos detractores de cualquier tipo de intervención “no natural” frente a partidarios de recurrir a la cirugía estética sin complejos y cuando lo desean.
Pero ¿quién se atreve a juzgar?
¿Quién se atreve a juzgar?
No seré yo quien se atreva a juzgar la decisión que cualquier mujer tome sobre su cuerpo de manera libre, informada y consciente.
Bien es cierto que la libertad es muy relativa, y que sobre las mujeres actúan presiones sociales de todo tipo para que su cuerpo encaje en unos cánones estéticos ampliamente aceptados.
Pero no deja de ser menos cierto que nuestro cuerpo nos pertenece y nadie debe juzgar qué hacemos con él.
Siempre fui una detractora de la cirugía estética. Ya sabéis “paso de meterme en un quirófano para algo estético” o “cualquier método natural es siempre mejor” etc. Sin embargo, he tenido suficientes experiencias como para reflexionar sobre este planteamiento.
Por ejemplo, hace años, realizando una formación sobre igualdad de género, salió el tema y se planteó el debate sobre la cirugía estética. Tras realizar un encendido alegato en contra, en la hora del descanso y en torno a un café, una compañera me hizo verlo desde otra perspectiva.
Se había sometido a una rinoplastia para corregir la forma de su nariz que, además de crearle problemas respiratorios, le creaba importantísimos problemas psicológicos. Su vida había cambiado completamente tras hacerla, para bien. No se sentía menos mujer ni menos feminista por hacerlo, sencillamente eligió una opción a su alcance para ejercer la libertad sobre su cuerpo.
Otro ejemplo: gracias a Somoslittle, he tenido contacto con numerosas profesionales de la fisioterapia que abordan temas como la diástasis abdominal tras el embarazo, la recuperación del suelo pélvico o el tratamiento de cicatrices tras las cesáreas.
Todas ellas apuestan por tratamientos no invasivos, que ayudan a tu cuerpo a volver a un estado óptimo de salud. Y todas ellas saben que hay cuestiones en las que las cirugía es un gran aliado, cuando no imprescindible en determinados casos.
Yo misma, tras mi embarazo gemelar, recurrí a profesionales para tratar la diástasis abdominal. No fue necesaria la cirugía estética, bastó con Pilates, alimentación saludable, constancia y paciencia…, pero mi caso no es el de todo el mundo y entiendo perfectamente a quien recurra a una intervención quirúrgica cuando las técnicas no invasivas no son suficientes.
Es más, os diré que si la cicatriz de mi cesárea fuera mucho más fea (porque el trabajo de “costura” no resultó muy fino y nadie me informó de todo lo que podía hace para cuidarla y mejorarla), posiblemente hubiera optado por mejorarla mediante cirugía estética. He visto suficientes cicatrices “tremendas” como para que no me parezca una locura…
Y sí, acepto mi cuerpo tal y como es, y acepto que el embarazo, como la vida, lo cambia, y lo abrazo y lo amo. Pero no soy quién para valorar la forma en que otras personas abrazan y aman su cuerpo.
Si vas a hacerlo, elige clínicas de cirugía estética profesionales
Después de mucho pensarlo, de cuidarte con ejercicio físico y nutrición, de valorar pros y contras, de realizar el necesario proceso de autoconocimiento y reflexión que conlleva el someterse a una intervención de cirugía estética… has decidido seguir adelante.
Entonces, lo único que te puedo decir es ¡No te la juegues!
Porque la cirugía estética es medicina, me-di-ci-na, no algo que se pueda hacer en un salón de belleza, ni por alguien que ha realizado dios sabe qué curso y que carece de las mínimas competencias profesionales para abordar una intervención de este tipo.
La cirugía estética se practica en clínicas de cirugía estéticapor médicos altamente cualificados y especializados. Y punto pelota.
Todo lo que salga de ahí…, es jugársela.
Y si te tienta el precio reducido de una intervención que te aseguran que no es tan importante, que es muy sencilla, que no tiene riesgos, aquí te dejo una idea: date una vuelta por la tele.
No tienes que ir muy lejos, basta con buscar algún reportaje de Equipo de investigación sobre el tema o de ver el terrorífico programa “Chapuzas estéticas” para que se te quiten las ganas…
Recuerda: cualquier intervención tiene riesgos, y quien diga lo contrario miente.
Hace poco estuve en el dentista para una extracción y tuve que firman un millón de papeles en los que me informaban de los riesgos etc. ¡para la extracción de un diente!, pues si hablamos de una mastopexia ya ni te cuento…
Yo, que soy de natural miedica, siempre me pongo en los peores casos (aunque afortunadamente nunca llegan).
Para que te hagas una idea: en nuestra familia somos muy senderistas y como mis hijas crecen, las rutas son cada vez más largas y la dificultad se eleva…, y con ella los riesgos. Así que nos hemos federado, porque, entre otras muchas ventajas, tenemos un seguro que nos cubre en caso de accidente. ¿Sabías que si tiene que ir a rescatarte un helicóptero y no tienes un seguro…lo pagas?. Ojo, hazte una idea de lo que puede costar un helicóptero… Ya te digo yo que federarte compensa…
Pues en temas médicos, ya te digo yo que jamás me pondría en manos de nadie que no fuese un profesional titulado, colegiado y con todos sus seguros profesionales en regla. Porque nunca pasa nada, pero con una vez que pase…
Así que ya sabes: busca, investiga, contrasta información y datos antes que precios, y elige únicamebnte las mejores clínicas de cirugía estética.
Yo no te voy a recomendar ninguna en particular, porque entre otras cosas no soy profesional sanitaria y no estoy cualificada para hacerlo.
Pero te animo dedicarle el tiempo necesario a la elección de la clínica ¡porque tu salud va en ello!
