Siete años he aguntadado, siete. Uno detrás de otro, con numatina resistencia, he celebrado los cumpleaños de mis niñas al estilo de la E.G.B., con los abuelos, tíos, primos…bocadillos, zumo, tarta con velas y chimpúm.
He de decir que el calendario jugaba a mi favor, mis peques cumplen el 25 de agosto…¡cuando no hay cole!, así que me he «escaqueado» de organizar pequeños eventos sociales…, hasta hoy.
Definitivamente se me ha acabado el rollo.
Y es que mientras yo me hacía la loca en esto de celebrar el natalicio de las mellizas, mis chicas eran invitadas a los cumples de sus compañeras… Y les gustaba. Y lo pasaban bien. Y claro, finalmente, han querido también celebrar su cumpleaños «con amigas».
Total, que he tenido que ceder. Porque una cosa es tener una madre «rarita» y otra es querer meter a tus hijas en una cápusla del tiempo.
La verdad es que es alucinante la oferta tan variada que existe en nuestra pequeña ciudad a la hora de celebrar un cumpleaños: desde la cada vez más extendida opción de celebrarlo en el parque, hasta los clásicos «sitios de bolas», pasando por el mascotario de Cenes de la Vega, la pista de patinaje sobre hielo, el Parque de las Ciencias o incluso el Centro de Visitantes de Puerto Lobo (este último lo tengo anotado para el año que viene 😉 )
Finalmente, el lugar elegido fue el Museo Cajagranada.
Confieso que cuando me contaron que se podían celebrar cumpleaños allí se me disparó el pulso.
Veréis, para la familia Little Granada, el Museo es un lugar especial, y lo visitamos de cuando en cuando, disfrutamos de alguna de sus actividades, como los cuentacuentos, no nos perdemos las exposiciones y descubrimos siempre nuevos rincones en él.
Creo sinceramente que las familias granadinas «abusamos» poco del Museo Cajagranada, y desde luego, no es por falta de programación cultural y oferta de actividades. Pero, la realidad es que, de alguna manera, falta que le demos ese «cariñito» que dispensamos a otros espacios como el Parque de las Ciencias, que nos decidamos a pasearlo y disfrutarlo más, que esté presente en nuestra agenda, en letras rojas, muchas semanas al año.
Pero eso, si os parece, lo reflexionamos en otro post. Hoy estamos «modo happy birthday on».
De qué va un cumpleaños en el Museo Cajagranada:
Resumiendo mucho, ofrecen la posibildad de realizar una visita guiada con taller para niños y niñas y, posteriormente, se puede reservar una sala en la que merendar.
Existen distintas modalidades de visitas guiadas: descubriendo la prehistoria, mitos y leyendas, viaje a Al-Andalus, Artistas en el Museo o Animales de Museo. Cada una de estas visitas, guiada por un mediador/a culmina con una actividad que también puede ser elegida entre dos o tres opciones.
Nosotras (vale yo, para qué engañarnos), optamos por Mitos y leyendas, y resultó todo un acierto.
En la entrada, la diosa Clío recibió a un ansioso grupo de niñas, dispuesta a guiarlas por el Museo, narrando mitos y leyendas, y enseñarles curiosidades sobre la vida cotidiana en la civilización romana.
Las niñas se disfrazan de romanas (y eso les moló horrores). Yo (y una madre sufridora que me acompañó) también lo hice (eso…, en fin, gajes del oficio materno). Por supuesto, mis fotos están censuradas.
Juegos de pistas ayudan a las chicas a recorrer las fantásticas instalaciones del Museo y la visita se hace muy muy corta, gracias a las dotes de comunicación de la estupenda mediadora, que se «cameló» a las niñas en dos minutos.
Finalmente, en la zona de talleres, elaboraron una auténtica bula romana: un adorno en arcilla en cuyo interior metieron un trocito de pergamino en el que habían escrito un deseo. Mientras la arcilla se secaba, Clío jugó con las niñas a descubrir olores y sabores…
Tan chulo era todo…, que se nos fue el santo al cielo, y la segunda parte del cumple resultó un poco «exprés». Os detallo los datos prácticos: la actividad comienza a las 16:00 y dura 1:30 1:45 aproximadamente. La sala para la celebración puede alquilarse por 40€ hasta las 19:00 y por 20€ más hasta las 20:00. Yo lo tenía previsto hasta las 19:00, pero se me quedó bastante corto, ya que la actividad terminó pasadas las 18:00.
Ya que estamos con el tema precios, os cuento: se paga 4€ por niño/a (lo que me parece un auténtico chollazo para una actividad de este tipo). Eso si, hay que pagar un mínimo de 15 niños/as (aunque lleves menos), es decir 60€. Total, que actividad más merienda en la sala, sale por 100€ (120€ si lo hacemos hasta las 20:00).
Si me preguntáis mi opinión, lo recomiendo 100%. Además, el personal del museo es maravilloso, agradable y atento.
En cuanto al tema de la sala, personalmente me parece perfectísimo. Puedes llevar tu propia comida y bebida y, si te apetece, también puedes decorarlo a tu gusto. Cuando terminas tienes que recogerlo todo y dejarlo como lo encontraste 😉
La sala es bonita, luminosa y amplia y está equipada con mesas y sillas más que suficientes.
Yo la decoré. Si, yo confieso. Porque cuando me pongo…, me pongo.
Y claro, me pongo al estilo Littlegranada.
No pude evitarlo, soy extremadamente torpe para esas cosas y me apetecía hacerles algo bonito, algo que recordarsen y conservasen, así que no lo dudé ni un instante y le pedí a María de Mon Petit Pompon que hiciera algo especial para ese día.
María tiene un don extraordinario para convertir una idea en un maravilloso recuerdo. Prometo un post en exlusiva para ella, lleeeno de fotos de sus maravillosos trabajos, para que os enamoréis perdidamente de ella como yo.
En esta ocasión yo solo le facilité la idea al contarle una pequeña historia: el año pasado, el profesor de mis hijas les dijo a sus alumnos/as que todos tenían superpoderes. Una tenía el poder del cálculo mental, otro el de leer estupendamente bien, otro el de jugar…A mis hijas les dijo que tenían el poder de no rendirse nunca. Hermoso ¿verdad?.
Tan bonito que me pareció que merecía la pena conservar ese recuerdo con algo tangible en este cumple. Y María lo transformó en el cumple de Super Carmen y Super Mencía.
Una preciosa ilustración con la frase «soy fuerte como una niña», daba el contrapunto a cierto «subidón rosa».
Y sus cosas: tarjetas recordatorio, decoración para los bollitos, pomperos, chocolatinas e incluso una capa para cada niña con su inicial…Sencillamente precioso.
En fin, aquí termina la feliz historia de este primer cumple «con amigas». ¿Sabéis?, no ha sido tan grave, y las niñas han disfrutado una barbaridad, así que probablemente repita y, quién sabe, es posible que deje de ser una madre tan «rarita».
¿Y vosotros/as dónde celebráis vuestros cumples?