¿A qué no sabíais que Barbara Fiore lleva 15 años editando sus maravillosos álbum ilustrados desde Granada? Somos millones quienes adoramos su catálogo desde hace años, pero menos aquellos que somos concientes de que, a pesar de sus orígenes italianos, los tesoros de Shaun Tan o de Jimmy Liao parten del norte de Granada.
Entre sus objetivos como editorial están: las ediciones esmeradas que conocemos, la selección de contenidos con un inmenso respeto por las altas capacidades de nuestros chaveas y la traducción y acercamiento de autores e ilustradores internacionales que no se conocen mucho (o nada) por estas latitudes.
Aunque a veces, también hayan editado “bestsellers” como “Vacío”, de Anna Llenas. ¡Una justificadísima excepción! El difícil asunto del sentido de la vida y de la autoestima, que cada vez aparece más pronto en nuestros chaveas, tratado con un soplo de aire fresco y una orientación positiva.
Del primer objetivo, poco más que añadir al que reza como aclaración o leit motiv de su editorial: “el arte de ilustrar libros”. La preocupación por las ilustraciones originales y artísticas, por la textura del papel, o por el exacto formato que pide el texto (como en su multipremiado “Casualidad”) son los ejes sobre los que gira su catálogo, y las razones por las que si vemos en el lomo esas tres letras (BFE) ya sabemos que hemos entrado al museo de los álbum ilustrados.
La selección de los contenidos, aunque ha variado en estos 15 años, cuida tanto al chavea como a sus lectores adultos, pues lo cierto es que son más los títulos orientados para mayores que para peques. A nosotras nos interesa lo “little” (you know!) pero tenemos que hablar de “El árbol rojo” o de “Emigrantes” como los must de Shaun Tan. En este otoño de hojas rojas, cada día recuerdo a esa niña que vagaba por su ciudad bajo la sombra del pez con ojeras de petróleo intentando comprender la inmensidad del tiempo y su extraña soledad. Y cada vez que las noticias nos abofetean cada día, recuerdo también la secuencia de imágenes sin texto que narra ese choque entre mundos que supone en ocasiones cruzar la frontera.
Pero volvamos a los chaveas, que son lo nuestro!! Y demos un aplauso al último título del maravilloso (y económico oiga!) profesor Astrocat, que ya nos había llevado a viajar por el sistema solar o por la energía nuclear, y que ahora -como si estuviéramos dentro de la película “Viaje alucinante” o de la serie de dibujos animados “Érase una vez la vida”- recorre nuestro cuerpo humano. ¿Quién iba a mostrar mejor a nuestros chaveas los misterios de nuestro interior que un gato astronauta? Y profesor!!
Y para los chaveas más próximos a la adolescencia que a la infancia, Barbara Fiore cuenta en su catálogo con los cómic de Hilda. Sí, la de la serie de Netflix! Que como siempre, antes estaba en los libros! Una intrépida aventurera que vive en las montañas con su madre y su mascota, Brizna, que es un zorro con cuernos. Lo genial de estas historias es que servirán para hacer reflexionar a nuestros chaveas en este diálogo con el mundo, pero sin caer en mensajes pedagógicos que olvidan el protagonismo que -siempre- debe tener la historia en la narrativa.
Solo nos queda agradecer a Barbara Fiore -y su cómplice Francisco- que hayan traducido para los pobres mortales como nosotros que nos sabemos alemán, coreano o australiano (versión a veces encriptada del inglés) a autores como Morten Dürr, Suzy Lee o Shaun Tan. Seguiremos leyendo y disfrutando de estas ilustraciones, para que se haga realidad el sueño de Barbara Fiore: para crear algo bello, “el secreto está en no cansarse nunca de soñar, en no darse por vencido”.