Voy a proponerle a Verónica y Mauricio, los dueños de Inglés Divertido, que le cambien el nombre a su negocio.
En serio. Y estoy segura de que van a pensar que estoy loca, y casi convencida de que vosotras/os también lo pensáis ahora mismo.
Pero es que creo que, sinceramente no le hace justicia.
Hace años, cuando Verónica, traductora de formación y docente de corazón, creó este proyecto, el nombre servía. Y es que hasta hace muy poco «divertido» era un adjetivo que parecía no casar mucho con aquello del aprendizaje de idiomas (ni del aprendizaje en general, para qué vamos a engañarnos), de manera que el propio nombre de su academia, resultaba toda una declaración de principios.
Ella pensó que el inglés para niños tenía que ir mucho más allá del clásico «fill in the gap», que memorizar listas de verbos irregulares no haría mucho por su capacidad para entender y comunicarse en otra lengua y que aquellos aprendizajes que no conectan con las emociones de los peques no perduran.
Con estas premisas, montó su sueño en la Calle Sancho Panza y empezó a trabajar, incansable, cada día «haciendo y aprendiendo» (creo que es su frase favorita, porque cada vez que le cuento algo que me ha salido mal, me dice «no pasa nada, haciendo y aprendiendo :)».
El proyecto creció, conforme crecía en nuestra ciudad el interés por que nuestros peques aprendieran inglés.
Y la familia de Inglés Divertido se hizo grande: cada vez más peques disfrutaban de su metodología innovadora en sus aulas, en escuelas y centros infantiles y casi en cualquier lugar en que hubiera niños y niñas y ganas de «inglispitinglis». Llegaron más y más docentes nativ@s y la lista de padres y madres satisfechos se hizo interminable.
Me diréis, «¿entonces, cuál es el problema con el nombre?». Pues veréis, es que durante este tiempo han proliferado mucho las academias de inglés para niños y niñas en Granada y, curiosamente (o no…) tooooodas ellas afirman que practican un «inglés divertido».
Ojo, yo no lo discuto, ya nadie puede mantener sistemas de aprendizaje desfasados, pero si que creo que no todo lo «divertido» es igual de bueno.
Me explico: cantar canciones, hacer manualidades, cuentacuentos etc. puede ser (de hecho salvo en casos flagrantes de torpeza máxima «es») divertido.
Pero lo cierto es que para aprender un idioma no basta con eso. Y sobre todo, resulta que lo que distingue a Inglés Divertido de otros centros de enseñanza de inglés para niños y niñas no es precisamente eso.
Es más, aunque sus aulas están súper equipadas (no hay más que darse una vuelta por su nuevo centro de la Calle Casillas del Prat), sus clases no destacan por un despliegue de tecnología (aunque la hay), ni por cantar mucho (que se canta), ni por jugar mogollón (que se juega), ni por los cuentacuentos (que son un espectáculo), ni por los talleres (que resultan una delicia).
Que va, sus clases no destacan solo por ser «divertidas», sus clases, su metodología, destacan por que trabajan el aprendizaje del idioma desde la emoción.
Así de simple y así de grande. La emoción.
Todo el sistema de enseñanza que se practica en Inglés Divertido parte de una premisa muy clara: solo el aprendizaje vinculado a la emoción perdura. Y así se practica, desde las clases para bebés y mamás-papás, hasta las clases para chicos y chicas adolescentes.
Hablo con conocimiento de causa, porque hace años cuando comenzaron con las clases de inglés mamá-bebé, disfruté de ellas con mis peques. La experiencia fue una auténtica delicia: un entorno agradable, seguro, y una relación absolutamente respetuosa de la profe con l@s peques.
Además, hace poco, cuando le dije a Verónica que quería escribir un post sobre su proyecto y le preguntaba cómo enfocarlo, solo me dijo una cosa: pasa una tarde con nosotros.
Y así lo hice: tooooda una tarde, en el Centro de la Calle Casillas del Prat (con ese pecado de librería) y en el de la Calle Sancho Panza. Tuve la oportunidad única de hacer de observadora silenciosa de varias clases (cuyos profes no habían sido avisados): para bebés, para peques de infantil (qué delicia, qué enorme delicia), niños y niñas de primaria e incluso una de chicos y chicas adolescentes.
Y entonces lo entendí a la perfección. Me refiero a el rollo éste de la emoción que os estoy contando y que ella me había contado a mi tantas veces.
Entendí qué significa que los niños y niñas sean respetados en el proceso de aprendizaje, en qué consiste una relación de confianza y apego con sus profesores y profesoras o cómo se trabaja por proyectos en la enseñanza de idiomas.
Disfruté muchísimo. No se utilizó ni un ordenador, ni una pantalla digital (aunque hay de todo y seguro que en algún momento se utilizan y vienen muy bien), pero eso si, se crearon experiencias, se consiguió un aprendizaje significativo basado en la emoción.
Os contaré algo para que entendáis a la perfección por dónde voy (y por dónde va este proyecto): Inglés Divertido se encarga de la enseñanza del inglés en las Escuelas Infantiles de la Fundación Granada Educa. Si, si, esas que son un referente internacional en la enseñanza de los 0 a los 6 años, esas mismas. Ahora sabéis de lo que hablo ¿verdad?.
Por eso creo que el nombre se les queda corto. ¿Inglés Divertido?. Pues si, es divertido, si que lo es, pero es más, es muuuucho más que eso.
Así que ya sabéis, cuando busquéis una acamia de inglés para niños y niñas en Granada, y os digan que practican un «inglés divertido», aseguráos de preguntar siempre ¿y qué más?, ok, divertido ¿pero qué más?.
Bien mirado, mejor que Verónica y Mauri no les cambien el nombre, vaya que les de la tentación de ponerle algo cursi, tipo «Inglés con corazón» o «Inglés con emoción», o peor aún, un nombre en inglés, de esos que las madres y padres «anglopatateroparlantes» pronunciamos en voz muy baja, porque nos da vergüenza 😉
Vengaaaaaa, nos quedamos con Inglés Divertido.
Pero nos tienen que prometer que no van a cambiar, nunca nunca, su forma de trabajar.