Experiencias para disfrutar en familia
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Turistas en nuestra tierra: El Puerto de la Ragua y Las Alpujarras

Granada, nuestra Little Granada, es absolutamente infinita. Una provincia deslumbrante de norte a sur, un lujo para los visitantes y un placer poco apreciado por los locales.

Yo nunca me canso de recorrerla, de descubrirla, y cuando me planteo una escapada corta, la provincia es siempre mi destino. Así ha sido de nuevo, para nuestras minivacaciones de «tardo-navidad».

fin de semana en familia en Las Alpujarras

No es un secreto que la familia Littlegranada lo hace casi todo a destiempo. Nos vamos de vacaciones de verano en septiembre, y de vacaciones de navidad… en febrero.

Pero veréis, se juntan varios factores que nos obligan a darle patadas al calendario: el primero y principal es que andamos emprendiendo con Envero, nuestro proyecto de restaurante que camina despacio, y marca nuestros tiempos.

Y bueno, no os voy a engañar, resulta que somos así de raritos, y nos encanta viajar cuando lo hace muy poca gente. Despacito, sin aglomeraciones, disfrutamos las cosas un poco más, un poco mejor.

Esta vez, después de unas navidades de mucho curro, las peques mandaban.

Y ellas pidieron ¡¡nieve!!.

nieve en el Puerto de la Ragua

Sierra Nevada nos quedaba demasiado «cerca», así que nos decantamos por el Puerto de la Ragua.

Tuvimos que elegir comarca para visitar, ya que con el Puerto como centro neurálgico, puedes optar entre las Alpujarras y el Marquesado del Zenete. Con el corazón «partío», nos decantamos por las Alpujarras, y dejamos al Marquesado en la recámara para otro momento (espero que próximo).

El Puerto de la Ragua es una estación recreativa ideal para ir con niñ@s pequeños. Hay pocas infraestructuras, pero suficientes para garantizar un día de nieve muy divertido.

Pista de trineos Puerto de la Ragua

Sin lugar a dudas, la estrella es la pista de trineos. A un precio razonable de 8€ puedes alquilar un trineo (todo un día…si aguantas, claro) y deslizarte pista abajo una y otra vez, sola o con alguien más.

Cuando noté mis piernas temblar, me decidí a sacar de allí a mis hijas…no fué fácil.Las niñas son alcalinas. Tras una dura negociación, claudicaron. El trato incluía guerra de bolas de nieve y expedición por un sendero prometedor.

El sendero es perfecto para niños pequeñitos, ya que discurre por un terreno llano, y pese a estar completamente cubierto de nieve, resulta un agradable paseo en un precioso paisaje invernal.

Sendero Puerto de la Ragua

No nos atrevimos con el esquí de fondo, aunque puedes alquilar equipos con botas desde el número 28 (depende del piececito, pero más o menos de unos 5 o 6 años en adelante) por unos 13€ el día.

Queda pendiente para otra visita la práctica de este deporte que me resulta mucho más atractivo que el esquí alpino. Si, miedo a la velocidad y a las alturas 🙁

Nosotros fuimos entre semana y estaba súper tranquilo, sólo había algún grupo escolar, pero si váis en fin de semana ojito. El año pasado lo intentamos y resultó un desastre: la carretera es muy estrecha, apenas hay lugar donde aparcar, y se forman unos atascos kilométricos. Intentad ir tempranito.

Ah, y no olvidéis llamar a información de carreteras si tenéis dudas sobre el estado del puerto (su altitud, 2000m, hace que nieve con frecuencia y copiosamente, por lo que se cierra con facilidad).

Para reponer fuerzas (o caer muertos, según se mire), elegimos Mairena (perteneciente al municipio de Nevada, al igual que Laroles, Júbar y Picena), un pueblo pequeñito y lleno de encanto.

Fin de semana en Las Alpujarras

En esta ocasión, buscábamos un alojamiento lo más cercano posible al Puerto de la Ragua, que tuviese restaurante, con habitaciones con capacidad para alojarnos los cuatro…y bonito, con ese «algo más».

Nos decantamos por «Las chimeneas», un precioso alojamiento rural. Y fue un acierto absoluto. Y no, no patrocinan este post. Todo lo que os cuento aquí es fruto de la satisfacción por la atención recibida y enamoramiento por un proyecto que merece la pena.

«Las chimeneas» destila puro amor por Las Alpujarras, por sus tradiciones, sus costumbres, sus sonidos (o la ausencia de ellos), sus colores, su gastronomía.

Casa rural superior Las chimeneas

 

A su frente están dos alpujarreños de pura cepa…¡británica!. Pero ojo, pese a su pinta de guiris (que eso no se pierde nunca), os encontráis ante auténticos lugareños, que hace 20 años quedaron prendados de Las Alpujarras, de su luz y su ritmo lento.

Desde entonces, Emma y su marido acogen al viajero y le muestran los secretos de esta comarca única a la par que crían dos hijos con auténtico acento andaluz.

salón Las chimeneas Mairena

La casa, una construcción tradicional perfectamente reformada y acondicionada con todas las comodidades, es sencillamente encantadora. Su centro es un bonito salón con chimenea, una pequeña biblioteca, mecedoras y butacas donde sentarse a conversar…

Slow Alpujarras

Las zonas comunes incluyen también una preciosa cocina, con todo lo necesario para preparar un pequeño aperitivo, un té, un café…

alojamiento rural Alpujarras

Nosotros nos alojamos en una habitación amplia y luminosa, lo suficientemente grande para toda la familia, ya que tenía cama de matrimonio y dos camas auxliares (de buen tamaño) para las peques.

una habitación para toda la familia

Un baño pequeñito, pero coqueto, más que suficiente y…nada de tele. Qué descanso por diosssss. Os aseguro que no la echaréis de menos, pero para los muy enganchados, el hotel tiene wifi, así que siempre podéis llevar el ordenador o la tablet y «enchufaros».

En Las chimeneas se respira paz, tranquilidad, y seguridad. Y eso que las puertas no tienen llave. Y es tal el clima de confianza que reina entre los huéspedes, que veréis que dejan cargando sus tablets u ordenadores en la sala común, con toda la tranquilidad del mundo.

seguridad y confianza en el viajero

Sin embargo, lo que me conquistó de Las chimeas fue su Restaurante. Abierto sólo para el desayuno y la cena, es un auténtico lujo.

Las cocineras, Sole y Conchi, de la comarca, practican una cocina tradicional, sencilla, basada en una materia prima absolutamente excelente, y con una ejecución impecable.

Mención especial merecen las verduras, siempre abundantes en las guarniciones, y procedentes de la comarca o incluso del propio huerto ecológico de la familia.

cocina tradicional alpujarreña

 

Y capítulo aparte, la bodega: los mejores vinos de la comarca para acompañar la cocina alpujarrena, con un concepto de kilómetro cero que valoro especialmente.

No quiero dejar de mencionar el pan, elaborado por ellos mismos. Oh my god, el pan…Brutal, sin más.

cocina tradicional Alpujarras

 

Y es que Las chimeneas es muy foodie. En realidad, es muy de «experiencias» en general. De hecho, su público es fundamentalmente extranjero, y suele venir a disfrutar de alguna de las experiencias que se ofertan todo el año: una semana foodie, de yoga, de fotografía…

Nosotros coincidimos con la semana en la que Chris Stewart, el ex-batería de Génesis y famosísimo autor de «Entre limones. Historia de un optimista», acompañaba a un grupo mientras descubrían la comarca haciendo trekking, disfrutando de la cocina en horno de leña, observando la floración de los almendros…

entre limones. Un optimista en Andalucía

Emma fue tan encantadora como para invitarnos a unirnos al grupo, pero con las peques, ya sabéis, los ritmos son diferentes.

Eso si, mi cabeza no dejaba de imaginar lo maravilloso que sería algo así orientado a familias, con actividades y experiencias en las que pudieran participar los peques…¿Quién se anima a montar ese negocio?. Yo, por el momento, ando frenando, ya sabéis rollo slow, pero me tienta, me tienta…

Desde Mairena se pueden realizar muchas excursiones. Nosotros, aconsejados por Emma, nos decantamos por una que nos llevó a cruzar el río y caminar hasta el vecino municipio de Válor. Un paseo precioso y asequible para las niñas.

de Mairena a Válor

Finalizamos y redondeamos el viaje con una visita a la Bodega 1300, el apasionante proyecto de Pau Gómez, un catalán «de Laroles», que regresó al pueblo de sus abuelos para comprar un viñedo y hacer el vino con el que siempre soñó.

Y qué vinazos oigan. Helena (un blanco fantástico), El Moreno, El Pelirrojo, El Rubio, El Gandul…Con mucha personalidad, tanta como este joven enólogo tiene. Amable y atento, nos contó los secretos de su vino y su viña, y pudimos comprar algunas botellas. Si váis por la zona, os animo a llamarlo para hacer una cata, merece la pena (674811351)

Bodega 1300

En realidad, la Bodega 1300, su vino y su prometedor proyecto, nos han gustado tanto que nos los llevamos a Envero, porque nos gusta rodearnos de proyectos y gente bonita.

Y vuelta a casa, sólo para comenzar a pensar en el próximo viaje a las Alpujarras, ese lugar mágico en el que los árboles se abrigan con ganchillo.

¿Os apuntáis?