La ruta de los diques de Beas de Granada y nacimiento del río Beas es de esas que, a pesar de estar en un entorno privilegiado, es muy poco conocida.
Y esto amiguis, en un momento en el que todo el mundo se ha lanzado a hacer rutas de senderismo como si no hubiera un mañana, le da un plus: evitaréis las aglomeraciones de otras rutas y podréis disfrutarla al 100% con tranquilidad, todo un lujo ¿verdad?.
Desde mi punto de vista (que cuando hablamos de Beas de Granada es siempre parcial), se trata de uno de esos recorridos imprescindibles que no os podéis perder en el entorno Parque Natural de la Sierra de Huétor.
Una ruta con diferentes tramos y por ello con diferentes niveles de dificultad, pero nada nivel pro, tranquilos. Además es de esas rutas en las que puedes decidir si hacer solo una parte o realizarla entera, según las ganas que tengáis ese día, la edad de vuestros peques…
¿Nos ponemos en marcha?
Tabla de contenidos
- 1 Cómo llegar a Beas de Granada
- 2 Características generales de la ruta de los diques de Beas de Granada
- 3 El incendio de la Sierra de Huétor de 1993
- 4 Los diques de corrección hidrológica
- 5 La vegetación en la ruta de los diques
- 6 La geología en la ruta de los diques
- 7 La Cueva de la Carchita
- 8 El nacimiento del Río Beas
Cómo llegar a Beas de Granada
La ruta comienza desde el centro de Beas de Granada Para llegar al pueblo tenéis dos opciones: una es en coche por la A92 dirección Guadix/Murcia y coger el desvío a Beas de Granada, facilísimo. ¡Además os plantáis en Beas en menos de 30 minutos!
Otra opción, que a mí me gusta más por el paisaje que acompaña el recorrido, es (también en coche) ir dirección Quéntar y tomar un desvío por un carril que queda a la izquierda de la carretera. Como os digo el paisaje es mucho más bonito pero he de deciros que estas carreteras son muy frecuentadas por ciclistas, por lo que si no tenéis mucha paciencia, es mejor optar por la primera opción.
Y si queréis pasar del coche …¡también podéis llegar a Beas en autobús de línea! (ojo, en domingo no existe esta posibilidad).
Características generales de la ruta de los diques de Beas de Granada
Son unos 10km de ruta si la hacéis al completo, pero existe la opción de acortarla para hacer una versión «reducida», en función de vuestra disponibilidad de tiempo, de la edad de los peques, o sencillamente de las ganas de andar que tengáis en el momento.
Una vez que estéis en Beas, la ruta comienza cogiendo el camino que queda justo enfrente del Restaurante Envero, al lado de la plaza del Ayuntamiento.
La ruta no tiene por el momento señalización física alguna, así que la mejor manera de no pederse es seguirla a través de Wikiloc, donde la hemos dejado grabada.
Claro que siempre puedes recurrir al clásico «preguntar a algún vecino/a de pueblo», que a buen seguro sabrá daros indicaciones, ya que se toma el Camino del nacimiento, muy transitado por los locales ya que es una auténtica «ruta del colesterol» autóctona.
En este primer tramo caminaréis entre vegetación de ribera y a vuestra derecha podréis ver un pequeño “embalse” de riego, que se ve realmente bonito con los árboles reflejados en el agua cuando está lleno…
¿Seguimos?
Al pasar este primer tramo ya entramos «en materia». El camino comienza a discurrir entre montañas.
Muy importante el calzado para esta ruta ¡y para todas!, ya que por aquí caminaréis entre rocas que, a pesar de no ser peligrosas, si no se lleva un buen calzado te pueden dejar algún susto tonto en forma de resbalón.
Veréis los restos de una cantera y, tras pasar estas rocas, se llega al primero de los diques que da nombre a la ruta.
El origen de los diques se encuentra en el devastador incendio que asoló parte importante de la Sierra de Huétor en 1993.
El incendio de la Sierra de Huétor de 1993
En el verano del 1993 la Sierra de Huétor vivió un auténtico desastre ecológico que a día de hoy sigue doliendo en los corazones de aquellos que lo vivieron: ardieron casi 7000 hectáreas en las inmediaciones del Parque Natural de la Sierra de Huétor y dentro propio parque, en un incendio que tardó unos 15 días en apagarse.
Y pensaréis, ¿por qué nos suelta ahora este rollo? Bien, pues es que esta ruta, la ruta de los diques, pasa por estas construcciones que son consecuencia del incendio y los siguientes trabajos de recuperación que le siguieron.
Un incendio supone un auténtico desastre para los ecosistemas y la biodiversidad.
Es cierto que la naturaleza siempre nos sorprende y tiene una capacidad de regeneración que no llegamos a imaginarnos pero…a un ritmo mucho más lento del que nos gustaría.
Tras un incendio deben de llevarse a cabo una serie de actuaciones de emergencia digamos, para frenar la degradación que el suelo ha sufrido y reducir su pérdida.
De forma resumida, lo que se hace/se pretende tras un incendio es:
Intentar frenar la degradación del suelo y por lo tanto reducir las pérdidas del mismo y las cenizas, que juegan un papel muy importante.
- Intentar favorecer una rápida regeneración de la zona afectada.
- Intentar que no se dañen las zonas no quemadas.
- Preservar las zonas periféricas que no han sido quemadas, ya que éstas servirán como lo que se llama, reservorio para la biodiversidad y desde ellas se producirá una recolonización de las zonas que sí han sido quemadas.
Tras este incendio, algunas de las actuaciones que se llevaron a cabo fueron la siembra aérea y la plantación directa sobre el suelo con ayuda de maquinaria, así como la construcción de los diques de corrección hidrológica que podremos ver a lo largo de la ruta.
Sin embargo, es de justicia reconocer que la principal responsabilidad en el estado actual de la zona la ha tenido la propia naturaleza, con su increíble capacidad de regeneración.
Los diques de corrección hidrológica
El primer dique que veréis en el recorrido es un dique de mampostería hidráulica.
Pero comencemos por el principio ¿qué es un dique de corrección hidrológica?
Un dique es una construcción que se realiza para evitar el paso del agua, retener sedimentos y evitar avenidas puntuales.
Cuando son construidos estabilizan laderas, disminuyen la velocidad del paso del agua y de esta forma disminuyen también su capacidad erosiva además de reducir elementos sólidos que llegan a embalses, ríos… En ocasiones los encontramos de forma natural, pero en este caso, fueron construidos por el ser humano a raíz del fuego.
No soy una gran experta en diques pero os comentará algunas características básicas que os servirán para diferenciar los que vamos a encontrar en esta ruta.
Cuando estamos ante un dique de mampostería hidráulica o de gravedad, estamos ante una construcción que resiste la fuerza del agua debido a su peso.
Veréis que está formado por piedra y hormigón. Estos diques necesitan construirse sobre una roca dura que pueda resistir una cimentación acorde a las fuerzas de empuje que van a tener que soportar. En este tipo de diques (a diferencia del siguiente que encontraréis en el camino) el agua no puede atravesar la estructura del mismo.
Tras pasar este primer dique, en el que os aseguro que os haréis unas fotazas y disfrutaréis un ratito recorriéndolo arriba y abajo, llegaréis sin ninguna pérdida al segundo dique.
Pasado este primer dique, encontramos una explanada que es ideal para hacer una paradita si os apetece tomar un picoteo antes de seguir el camino. Amplia y extensa, en primavera está cubierta de hierba y es perfecta para juegos.
En caso de que queráis acortar la ruta ¡es el momento!
Tenéis dos opciones para regresar al pueblo: volver sobre vuestros pasos o cruzar el dique y volver por el camino de enfrente. Os recomiendo esta segunda opción, porque tiene más «aventurilla», hay que saltar un poquito (sin riesgos) para bajar rocas, encontramos un pequeño abrigo natural (conocido como la «Cueva de la Marchita») y vemos el nacimiento del río Beas.
¿Cómo, os apetece seguir caminando? ¡Genial!, entonces sencillamente atravesad la explanada y tomad hacia la derecha.
El camino es muy sencillo, además os veréis un pino tumbado que lo atraviesa y que es muy tentador para los peques, que no dudarán en intentar cruzarlo haciendo equilibrios. No os preocupéis, porque no corta el paso y no es necesario usarlo como puente.
Pasado este tramo llegaréis al segundo dique.
En este caso os vais a encontrar ante un dique de mampostería gavionada.
Se encuentra entre pinos y resulta un sitio estupendo para hacer una parada a la sombra y disfrutar del fresquito, sobre todo sin recorréis el camino en los meses más calurosos.
¿Qué es eso de mampostería gavionada? Nada más verlo os daréis cuenta de que es diferente al anterior, pero debéis acercaros para observar los detalles.
Estos diques están construidos con lo que se llama jaulas o gaviones de alambre rellenos de piedra. Dependiendo de las fuerzas que tengan que soportar tendrán una forma u otra.
Esos gaviones o jaulas están formados por una malla con forma de hexágono y muy resistente a la oxidación, golpes, y demás.
Estos diques suelen construirse en terrenos con poca coherencia debido a su flexibilidad, pero no os dejéis engañar, son muy resistentes y además totalmente permeables (a diferencia del anterior, permite el paso del agua).
La vegetación en la ruta de los diques
Tras este segundo dique, solo queda continuar un poco más en plano y…¡preparad las piernas! porque aquí comienza un ascenso continuado.
Durante la subida (que no es durísima pero puede resultar «complicada» si vuestros peques no están acostumbrados a andar) será vuestro olfato el que os guíe entre la abundancia de plantas aromáticas que habitan en esta sierra: mejorana, tomillo, salvia romero, lavanda…
Las veréis entre gran cantidad de aulagares. Estas plantas que nos arañan y pinchan las piernas si no vamos protegidos con pantalón largo, en primavera son las responsables del precioso y característico color amarillo que salpica nuestros montes.
No solo estaréis rodeados de plantas aromáticas a lo largo del camino, sino que también veréis encinas, quejigos, pinos, sabinas…exclusivos de las sierras granadinas y malagueñas, entre los que se encuentran algunos endemismos que están catalogados como vulnerables.
También podréis ver cantidad de jaras, plantas pirófilas propias de esta zona.
Os cuento algo más sobre las plantas pirófilas, y os animo a que se las presentéis a vuestros peques, porque se quedan literalmente alucinados con ellas.
Se llaman plantas pirófilas o pirófitas y son plantas capaces de revivir tras un fuego o plantas cuyas semillas solo germinan si están expuestas a muy altas temperaturas.
Estas plantas aprovechan las cenizas del fuego para alimentarse y crecer y muchas son utilizadas para reforestar creando así cortafuegos o barreras de protección para otras plantas que no los resisten o casas.
Entre estas plantas encontramos aquellas que sobreviven al incendio gracias a sus adaptaciones que pueden ser: cortezas gruesas, órganos subterráneos (tubérculos),o un tejido muerto muy grueso (súber) que protege el interior del tronco.
De esta forma, si el incendio no tiene altas temperaturas pero avanza rápido, ellas sobreviven por sus maravillosas adaptaciones, ¡son unas auténticas campeonas!
Por otro lado tenemos otras guerreras, aquellas que son capaces de rebrotar desde su base. Sus hojas y ramas no son capaces de soportar el incendio pero si son capaces de volver a brotar desde su base, tronco u órganos subterráneos,
Aunque a ellas les de igual la intensidad del incendio, si que es verdad que cuanto menos virulento sea, más fácil les será rebrotar.
Y por último tenemos a aquellas que no son capaces de soportar un incendio pero oye…sacan provecho de él y son las primeras en colonizar aquellos lugares que han sido pasto de las llamas. Son las encargadas de dar los primeros tonos a una zona devastada por el fuego.
En fin, no sé vosotros, pero yo, si me reencarno en planta… ¡me pido ser una planta pirólfila!
La geología en la ruta de los diques
El camino no sólo nos deja tesoros de flora y vegetación, sino también maravillas geológicas, por ejemplo una “pared” de estratos fluviales lacustres y palustres.
Os cuento de forma resumida algo más sobre el tema. Resumida ¿eh? que el mundo geología es impresionante…
La estratificación, en resumen, es la capacidad que tienen las rocas de presentarse en estratos o capas.
La temperatura regula la mayoría d elos procesos físicos y químicos que pueden darse en un ecosistema acuático, junto con otros como pueden ser la luz y los nutrientes.
Cuando hablamos de estratos lacustres, el tiempo que ha estado el agua tiene mucho que ver ya que, si es mucho, se almacena calor y se producen determinados comportamientos…Para que nos entendamos, se forman varias capas: una caliente, una intermedia y otra fría.
De ahí las diferentes capas y colores de las rocas que podéis observar en algunos puntos del recorrido si prestáis atención.
Si nos referimos a estratificación palustre, hablamos de sedimentos que contienen un porcentaje bastante alto de materia orgánica que es el producto de la descomposición de la vegetación en ese lugar.
Todo esto que os cuento es muy resumido, ya os digo que la geología es un mundo y yo voy poco a poco aprendiendo. En cualquier caso, os invito a que os paréis en esta “pared” y observéis de cerca estas estratificaciones, muy muy interesante.
Cuando terminéis la subida os aseguro que sentiréis que ha merecido la pena.
Tendréis unas impresionantes vistas de Sierra Nevada y sus «tresmiles» (si el tiempo lo permite) .
Disfrutad de las maravillas que la naturaleza nos regala y la suerte de estar pisando una sierra espectacular, teniendo ante vuestros otra impresionante …y de paso, ¡tomad aire y preparad las piernas para la bajada!.
Una vez que realicéis el descenso, volveréis a pasar por el primer dique que encontrasteis a la ida.
En este punto, os recomiendo no volver sobre vuestros pasos desandando el camino que hicisteis a la ida, sino tomar el camino de enfrente, que nos llevará a caminar entre enormes rocas, ver la Cueva de la Carchita y refrescarnos en el nacimiento del río Beas.
La Cueva de la Carchita
En este recorrido entre rocas, llegaréis a la Cueva de la Carchita, que se trata realmente de un abrigo utilizado tradicionalmente por los pastores para resguardarse de la lluvia. Además, también dio refugio a los maquis durante la guerra y la posguerra
El acceso es realmente sencillo y vuestros peques os lo agradecerán ¡una cueva es siempre una aventurilla!
El nacimiento del Río Beas
Siguiendo el recorrido entre las rocas, llegaréis al nacimiento del río Beas, que forma parte de la cuenca del Guadalquivir y que desemboca en el río Darro.
El caudal del río Beas es escaso pero en otros tiempos tuvo un caudal tan abundante que incluso por los años 70 se ideó una piscifactoría, de la que a día de hoy quedan algunos restos (las pilas de las truchas) que podéis ver en el recorrido.
Si bien el proyecto no tuvo éxito, en aquel entonces era viable porque el caudal del río lo permitía ¿curioso verdad?.
Debéis que seguir el camino y atravesar el río gracias a unos troncos que hacen de puente y que añaden un plus de aventurilla y nada de riesgo al camino…
Tras atravesar este «puente», llegaréis hasta una acequia. Siguiéndola, salimos al Camino del nacimiento que recorrimos al principio y lo seguimos hasta llegar de nuevo al pueblo.
Como podéis ver, esta ruta tiene todos los ingredientes para estar en vuestro top ten de rutas en familia.
Pero no solo la ruta, sino toooodo el pueblo de Beas de Granada tiene atractivos como para darse el salto allí con la familia: un secadero de jamones con tienda que se puede visitar (previa cita) y en el que comprar deliciosos manjares (también en fin de semana), uno de los parques más sencillos, amplios y bonitos del mundo (El Ejido), interesantes restos de la arquitectura defensiva de la Guerra Civil, un buen número de deliciosos restaurantes…
Si quieres saber más sobre todas estas opciones, date una vuelta por el post que dedicamos al turismo familiar en Beas de Granada ¡y no te pierdas nada!