Hoy voy a invitaros a salir sin niños.
Os propongo hacer algo de lo que hacíais antes de tenerlos. Una de esas cosas que ya no hacéis. Un plan de mayores.
«¿Cómo, pero si te pasas el día hablando de lugares family wellcome, de planes con niños, de lo bonita que es y lo que puede dar de si nuestra LittleGranada?».
Que sí, que lo hago y voy a seguir haciéndolo, porque es muy necesario, porque es parte de mi vida y porque lo disfruto horrores.
Peeeeeero, en los últimos tiempos ando resituándome, reorganizando, dejando cosas atrás y retomando otras, y eso me lleva a una reflexión inevitable sobre cómo la maternidad ha cambiado mi vida.
No me encuentro entre las «madres arrepentidas» que la socióloga Orna Donath retrata,o más bien saca del armario en su valiente ensayo. Directo a la línea de flotación del último gran tabú, el de la maternidad que da la plenitud a la vida de todas las mujeres.
Sin embargo, si hago balance, he de reconocer que he ganado mucho, muchísimo, pero también he perdido.
La buena noticia, es que mucho de lo que he perdido puede (y debe) volver, si no igual que antes, al menos «diferente», pero volver.
Hay quien piensa que no se puede tener todo. Quizás no sea viable tenerlo todo, pero sí se puede querer todo, aspirar a todo. Se puede plantear la maternidad como algo más que un juego de suma cero. Tenemos que apostar por una maternidad que sea una experiencia de ganar-ganar.
No es fácil, claro, nadie dijo que lo fuera. En los primeros años lo vas a tener complicado, por simples motivos biológicos bastante obvios, pero después….
Se puede (y se debe, si sientes que lo necesitas), volver a salir sin niños
Se trata de no dejarte llevar, de «pensarte» un poco, de cargarte el esterotipo de amantísima madre full time si eso es lo que te está pidiendo el cuerpo.
En esas ando yo ahora.
Y es que en mi caso, cuando nacieron las niñas el cambio fue muy bestia.
Creo que el primer «zasca» se lo llevó el cine. Con dos bebés lactantes a ver en qué sala te metes; dejarlas con alguien, chungo, porque lo de la teta a demanda entiende poco de horarios, y porque, la verdad sea dicha, tampoco quería hacerlo entonces.
Muy partidaria por cierto de las «sesiones teta» que algunos cines están poniendo en marcha (en horario matutino y con condiciones adaptadas para los bebés). Hay una petición en change.org para que los cines de Granada incorporen la sesión teta, aquí os dejo el enlace por si os apetece firmarla.
Al cine le siguió la literatura. Nunca dejé de leer, pero si que leía infinitamente menos. Qué queréis, creo que mi foto salía en la definición de «mombie».
Ahora que lo pienso, en realidad no fue un proceso, fue más bien algo similar a una extinción, una hecatombe, un apocalipsis, un holocausto…Y no, no estoy siendo exagerada. Bueno, igual sí.
Se marcharon al garete los conciertos, el teatro y todos los actos culturales que no tenían la categoría «para todos los públicos» o «para familias».
Creo que algunos intentamos sobrevivir con tratamientos «analgésicos»: Luis Fas puso en marcha el festival «Yo soy bebé», Nuria Morán se inventó el «Granadafamily Festival» y una servidora organizó todos los conciertos de rock en familia que pudo en Esta por mamá. Sospechosamente somos de la misma generación…
Pero al final, te das cuenta de que necesitas la «versión original». Que está muy bien acercar a los peques a la música, el teatro etc., pero que tú ya estabas ahí, has salido y quieres volver.
A cada un@ esta necesidad le llega en un momento distinto. No hay una edad de los peques a partir de la cual puedes intentar retomar esas cosas que te hacían feliz y que la maternidad te hizo aparcar. Depende de ti, de tu trabajo, de los acuerdos que alcances con tu pareja, de cómo sean tus peques…
Como veis, a mí me ha llegado ahora, y os aseguro que lo estoy disfrutando.
Por supuesto no he conseguido volver al nivel de «zascandileo» previo, pero tampoco lo pretendo, mi vida y mis necesidades son ahora diferentes.
Sin embargo, he vuelto a leer mucho. Parte de la culpa la tiene Raquel Hernández, de la librería Agapea, que me ha «captado» para su club de lectura (100% recomendable).
He conseguido ir a un par de actividades del Festival Granada Noir, esa propuesta cultural repleta de buenas ideas que está a la altura de lo que una ciudad como la nuestra se merece.
Y como le he cogido el gustillo, me he lanzado a organizar una actividad de ésas a las que tienes que venir.
Para estas cosas, tengo la suerte de tener Envero, un restaurante que es mucho más, y que estamos comenzando a dotar de contenido y de sentido con actividades como la visita guiada a las trincheras de la guerra civil, a la quesería ecológica La Vieja Buchacha, las catas de cerveza artesana Portolobo…
Por cierto, que si os apetece alguno de estos planes, no tenéis más que contactar con nosotros por facebook o por mail en el enverogranada@gmail.com, porque los organizamos para grupos pequeñitos.
Bueno al lío, el plan irresistible: os propongo venir el sábado 26 a las 13:00 a conocer la novela gráfica más bestialmente buena que he leído últimamente.
Se llama «La araña del olvido», y estará con nosotros su autor, Enrique Bonet. Trata sobre la investigación del atroz crimen de Federico García Lorca que emprendió Agustín Penón, auténtico protagonista de una novela muy noir.
Agustín Penón es injustamente desconocido para la mayoría de los granadinos, pese a los esfuerzos de Marta Osorio, que recogió la crónica su investigación en «Miedo, olvido y fantasía».
Enrique Bonet, ha sabido poner sangre y corazón, tinta y papel, en un comic legendario, que se lee de un tirón, porque te atrapa desde la primera viñeta, convirtiendo la audaz y valiente investigación de Penón, en una pequeña joya a la que los granadinos debemos sin duda un hueco en nuestras bibliotecas.
Gracias Enrique.
Hará los honores Jesús Lens, ese tipo alto, con aires de John Wayne, director del Granada Noir, que en parte se ha dejado «engañar» y en parte ha sido promotor de todo este embrollo.
Y nos acompañará, cómo no, la librería Agapea, con su gestora cultural, Raquel Hernández, dando soporte con los títulos de los que vamos a hablar, para que te los puedas llevar a casa si te apetece.
Y Envero hará lo que mejor sabe hacer: dar de comer bien. Muy bien. Y de eso se encarga nuestro jovencísimo chef, Víctor Campos, que ha pensado un menú-degustación completo y variado, con el que podréis saborear nuestra comarca mientras conversamos al calor de la chimenea…
Tentador ¿verdad?.
Que nadie se asuste. Es cultura, si, pero cultura sin postureo, de la buena.
Y si, es un plan «para mayores», pero tiene un horario estupendo para que no os sintáis demasiado malasmadres o malospadres 😉
Si os apetece, podéis inscribiros en el enverogranada@gmail.com, mandando un mensaje a nuestra página de facebook o dándome un toque al 606515446.
A mi me encantaría veros por allí el sábado 26 de noviembre, para charlar de libro o de lo que se tercie, porque siempre es un placer 🙂