Hoy os traigo el relato de una experiencia tan emocionante como próxima y accesible para todas las familias: la visita a la Villa romana de Salar.
Seguimos recorriendo el Poniente Granadino y descubriendo sus maravillas, y tras la visita a Montefrío, volvemos a calzarnos las botas y nos dirigimos a Salar para descubrir el que está ya considerado uno de los tesoros arqueológicos de Andalucía.
Os vamos a contar la experiencia con detalle y os proporcionaremos todos los datos prácticos para quien se anime a disfrutarla, pero lo que es imposible transmitir por completo aquí es el cariño, la amabilidad y la profesionalidad con la que nos atendieron en nuestra estancia en Salar.
Es realmente emocionante ver cómo un pueblo entero está volcado y comprometido por completo en la promoción y defensa de su patrimonio. Desde la corporación municipal a la guía, pasando por talleristas, profesionales de la hostelería…¡hasta cada vecino del pueblo!. Basta con pararte para preguntar alguna indicación para que los vecinos se vuelquen en acoger y dar cariño al visitante.
¡Bravo Salar!
Tengo muy claro que estamos ante un proyecto que no puede sino crecer y desarrollarse, con el necesario apoyo de las instituciones y organismos implicados, y que contribuirá a dar vida y prosperidad a este pequeño municipio.
Tabla de contenidos
¿Cómo llegar a Salar?
Más fácil imposible: por la A92 dirección Málaga, Salar se encuentra perfectamente comunicado por autovía y desde Granada capital son aproximadamente unos 40 o 45 minutos en coche.
Ideal para un viaje de ida y vuelta o parada obligada para quienes deseen alojarse la zona y descubrir la comarca del Poniente Granadino, a la que no faltan atractivos turísticos.
¿Qué es la Villa romana de Salar?
Sin lugar a dudas uno de los grandes tesoros arqueológicos de Andalucía y una de las villas romanas mejor conservadas de la Península.
Se descubre de forma casual muy recientemente, en 2004, cuando se acometían las obras para una estación depuradora de aguas residuales en este pequeño municipio de poco más de 2000 habitantes.
Dos años más tarde comienza la excavación arqueológica que continúa hasta nuestros días gracias a un acuerdo de colaboración con la Universidad de Granada.
Un yacimiento arqueológico vivo
Se trata por tanto de un yacimiento arqueológico vivo y en permanente evolución, ya que se estima que apenas se ha excavado un 10%…
Teniendo en cuenta que lo ya descubierto es absolutamente espectacular, sólo cabe preguntarse ¿Cuántas maravillas más nos deparará este proyecto?
Sin lugar a dudas, esto mismo convierte a Salar en un lugar al que volver una y otra vez, ya que cada verano se acometen nuevos trabajos de excavación, que sacan a la luz tesoros de incalculable valor y nos permiten conocer y entender un poco más sobre la vida cotidiana de las personas que habitaron esta comarca de singular belleza en época romana.
Y al igual que evoluciona el yacimiento arqueológico, también lo hacen las infraestructuras que lo albergan, que muy probablemente veremos crecer en el futuro gracias al titánico esfuerzo del Ayuntamiento de Salar para poner en valor este fabuloso patrimonio.
¿Qué incluye la visita guiada a la Villa romana de Salar?
Visita al Centro de Interpretación de la Villa romana de Salar
La visita guiada a la Villa romana de Salar parte del Centro de Interpretación, localizado en el Ayuntamiento del municipio.
Allí una guía realiza una necesaria introducción y contextualización de lo que posteriormente veremos en el yacimiento arqueológico.
Permitidme un inciso….¡Viva la guía!.
A nosotros nos atendió Eva, y su entrega, su pasión y su capacidad para adaptar el discurso a niños y niñas sin simplificaciones innecesarias, son la clave para que podamos afirmar que la visita a la Villa romana es un planazo familiar de primerísimo orden.
Necesitó muy poco para metérselos en el bolsillo y obró el milagro de la participación. Creedme que no es nada fácil que los peques se sientan tan cómodos con un adulto como para preguntarles cualquier cosa que les pasé por la cabeza. Por supuesto, una vez que llegamos al yacimiento, los niños pasaban completamente de nosotros y seguían a Eva como patitos…
El Centro de Interpretación es pequeñito, pero cuenta con atractivos suficientes para ser parada obligada y entender lo que después veremos en el yacimiento arqueológico.
Entre ellos es necesario destacar las dos espléndidas Venus (una Venus venera y una Venus púdica) halladas en el yacimiento, cuyo futuro a día de hoy es incierto, ya que son reclamadas por el Museo Arqueológico de Granada.
Y para los más pequeños…¡la maqueta!. Una reconstrucción idealizada de lo que debió ser la Villa originalmente que se puede tocar, montar, desmontar… ¿Se os ocurre mejor manera de perderle el miedo a la arqueología y de imaginar la situación original de lo que después vamos a ver sobre el terreno en forma de restos arqueológicos?
Llevarte los sabores de Salar y el Poniente Granadino a casa
Antes de partir hacia el yacimiento arqueológico, podemos darnos una vuelta por una pequeña tienda dentro de las mismas instalaciones, donde es imposible no picar y llevarse a casa algo de la espléndida gastronomía de esta comarca: aceite de oliva, mermeladas, miel, queso ¡y pan!. Máxima atención al pan: masa madre y especias en una hogaza de esas que podrían durar días en perfecto estado…y digo podrían porque es imposible ponerla en la mesa y que no vuele…
Visita al yacimiento arqueológico
Al salir del Centro de Interpretación, cogemos nuestro coche y nos dirigimos al yacimiento arqueológico, situado a escasos cinco minutos en la entrada del pueblo.
Allí recorremos la zona excavada hasta la fecha en un yacimiento que promete crecer y crecer…
Por el momento, podemos recorrer dos zonas de la Villa romana, separadas en dos pabellones diferentes, que conectarán entre si en el futuro.
Los trabajos arqueológicos han dejado al descubierto la parte del patio central de la villa o peristilo, un triclinio que sería el comedor principal, y el espacio dedicado a las ninfas conocido como ninfeo. El conjunto se completa con habitaciones a sendos lados del ambulacro del peristilo.
Los mosaicos que han quedado al descubierto gracias a las excavaciones son absolutamente espectaculares, y su interpretación de la mano de la guía nos acerca a la cultura romana y a su vida cotidiana y costumbres, gracias a la interpretación de la simbología que se realiza.
El que podamos visitar un yacimiento arqueológico vivo y en permanente evolución añade un plus de emoción a la visita y nos acerca también al trabajo que realizan los arqueólogos.
Otras posibilidades para completar la visita
El Centro de interpretación y el yacimiento arqueológico pueden completarse si se desea (y previa reserva y contacto con el Ayuntamiento de Salar) con otras actividades, dirigidas a pequeños y adultos.
Nosotros nos decidimos por un taller de mosaicos para los peques (también hay de lucernas etc.) y una cata de aceite de oliva DO Poniente Granadino para los adultos.
100% recomendadas ambas experiencias.
Nuestros niños disfrutaron de lo lindo con el taller de mosaicos guiados por dos mediadoras maravillosas que, al igual que la guía, ponen el corazón en la actividad.
Experimentar la historia y llevarse un poquito de la cultura romana a casa, completa la experiencia y la redondea.
No falta un detalle, ni siquiera el envoltorio en el que se llevaron a casa su pequeño mosaico: una preciosa bolsita elaborada por ellos mismos con papel de periódicos.
Y mientras los minis lidiaban con táselas… ¡los adultos aprendíamos mucho y bien sobre el aceite de oliva Denominación de Origen Poniente Granadino!
Una cata guiada por un experto de la DO en la que aprendimos las nociones básicas sobre los tipos de aceite: aceite de oliva, aceita de oliva virgen y aceite de oliva virgen extra. Descubrimos los procesos de recogida y extracción y fuimos capaces de apreciar las propiedades organolépticas de unos y otros aceites.
Desde luego, yo tengo ahora mucho más claro qué aceite comprar y por qué.
Nuestra súper guía tuvo además un espléndido detalle con nosotros y nos dio a probar el garum casero que ella misma elabora.
El garum es una salsa que algunos llaman el umami mediterráneo, y que tiene un intenso sabor salado. Originariamente se elaboraba con pescado fermentado, y es sustituido hoy por anchoas, al que se añaden alcaparras, aceitunas negras, aceite… y algún secretillo más. Perfecta como aperitivo y para combinar con el excelente pan y el aceite de la zona.
¿Cuándo puede realizarse la visita a la Villa romana de Salar?
Fechas y horarios
De miércoles a domingo, incluido festivos Previa Reserva.
Sábados, domingos y festivos recepción de visitantes en el Centro de Interpretación:
Horario de invierno (1 de octubre al 31 de mayo)
Primer turno 11:00 h
Segundo turno 12:30 h
Horario de verano ( 1 de junio al 30 de septiembre)
Primer turno 10:00 h
Segundo turno 11:30 h
Cerrado: Lunes y martes.
Cómo concertar la visita
Para concertar la visita es necesario realizar reserva previa, llamando o escribiendo un WhatsApp al teléfono 6759674 32. También es posible concertarla a través del correo electrónico villaromanasalar@gmail.com
Tenéis toda la información en la web del Ayuntamiento.
Tarifas
Absolutamente simbólicas, lo que deja margen más que suficiente para añadir otras experiencias como los talleres o la cata de aceite.
- Entrada general: 2€
- Entrada reducida para menores de 16 años (poseedores del carnet joven): 1€
- Entrada reducida para mayores de 65 años (con tarjeta acreditativa): 1€
- Entrada reducida para familias numerosas: 1€
- Entrada para residentes y/o nacidos en Salar: Gratuita
Las entradas pueden adquirirse en el Centro de Interpretación el mismo día de la visita. No es necesario comprarlas con antelación. La entrada para visitar la villa romana de Salar es válida tanto para el Centro de Interpretación como para la villa.
¿Y para comer?: ¡Menú romano!
El pequeño municipio de Salar está viviendo un auténtico desarrollo gracias a este nuevo atractivo turístico, lo que anima a los establecimientos hosteleros de la zona a realizar propuestas atractivas y tematizadas.
Un claro ejemplo es el menú romano que ofrecen en el Mesón Atila, y en el que destaca el pollo vardano, elaborado con especias y realmente sabroso. Por supuesto hay muchas más opciones en el Mesón, así como menú infantil etc.
Un detalle que nos encantó del Mesón: en el grupo había dos celíacos (un peque y una persona adulta) y adaptaron el menú sin problema, además de ofrecernos detalles como cerveza sin gluten. Un acierto.
Nosotros estuvimos en domingo, con el Mesón de bote en bote, ya que se celebraba un bautizo, y nos quedamos mucho más que satisfechos con la experiencia. La comida llegó a tiempo y todo estaba riquísimo.
Os dejo aquí un pequeño vídeo con nuestra experiencia y la recomendación de realizar esta visita, que merece la pena por muchos motivos.
¡Nos vemos en Salar!