Con el buen tiempo apetecen rutas más fresquitas ¿verdad?
Por eso, hoy os traigo una ruta perfecta para esos días de calorcete, pero que en realidad es hermosa en cualquier época del año.
De hecho, no sabría deciros en qué estación la Ruta de la Acequia alta del Río Dílar es más bonita… La hemos recorrido en invierno y en primavera, y a buen seguro que «caerá» también cualquier día este verano (a primera o última hora del día) o este otoño.
Nosotras teníamos ganas de un paseo facilito y suave, fuera de la capital pero no demasiado lejos, así que pusimos modo senderista on y nuestra brújula nos llevó a Dílar.
Tabla de contenidos
¿Cómo llegar a Dílar?
Dílar es un municipio situado en la Vega de Granada, a los pies de Sierra Nevada… Basta con decir eso para que os hagáis una idea de los espectaculares paisajes que vamos a encontrar allí ¿verdad?
La localidad toma su nombre del río Dílar, que la atraviesa.
Podéis llegar en coche, como hicimos nosotras, a través de la GR-3209. Son apenas unos 15 kilómetros lo que hay desde el centro de Granada hasta el pueblo…Así que en menos de 25 minutos os plantáis allí. Encontraréis zona de aparcamiento para vehículos tanto al inicio como al final de la ruta.
Podéis tomar la A-395 o la GR-30 para llegar, y en ambos casos no será más de media hora de trayecto.
Si pasáis de coche, podéis ir en autobús cogiendo la línea 0171 y si ya os véis muy fuertes…podéis en bici, ¡será por opciones!
Parque Natural y Parque Nacional de Sierra Nevada
Dílar se sitúa a los pies de Sierra Nevada, de hecho algunas de las pistas de esquí y remontes de la famosa estación de esquí discurren por su territorio.
Estar a los pies de la Sierra tiene sus ventajas, de eso no cabe duda, y sus efectos … ¿Sabíais que Dílar es considerado uno de los pueblos más fríos de Andalucía? Como dato curioso os contaré que en los inviernos más duros registra casi -10ºC…¡qué rasca!
Los dilareños/as tienen la suerte de poder decir que pisan territorio en su municipio de Parque Natural y Parque Nacional.
Estamos acostumbrados a escuchar estos dos términos, ¿pero conocemos la diferencia entre uno y otro?
¿Qué es un Parque Nacional?
Cuando hablamos de Parque Nacional nos referimos a la figura de mayor protección que se le puede dar a un área geográfica y/o marítima.
Según la definición oficial «Un Parque Nacional es un espacio natural de alto valor natural y cultural, poco alterado por la actividad humana que, en razón de sus excepcionales valores naturales, de su carácter representativo, la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, merece su conservación una atención preferente y se declara de interés general de la Nación por ser representativo del patrimonio natural español».
En estas zonas existen una riqueza de flora, fauna y vegetación inmensas y las especies endémicas son muy muy muy importantes.
Hagamos un breve Inciso para ir aclarando términos,
¿Qué es un endemismo?
Cuando hablamos de una especie endémica nos referimos a un ser vivo que, de forma natural, habita exclusivamente en un área geográfica definida.
Las plantas y fauna endémicas, que son especialmente vulnerables al contar con poblaciones mas reducidas, nos sirven como bioindicadores del buen estado del territorio en el que se encuentran. Es por ello que su protección frente a las amenazas de extinción es primordial.
Resumiendo (y simplificando) mucho: los endemismos, por tanto, solo pueden encontrarse de forma natural en ese lugar y no en otro.
La larga evolución producida en Sierra Nevada, su climatología y ecología características, han hecho que en ella existan diferentes endemismos.
En Sierra Nevada se han catalogado más de 80 especies de flora endémicas ¡más que todas las del resto de Europa!
En cuanto a endemismos animales, baste con decir que se han catalogado más de 100 especies endémicas entre coleópteros, escarabajos y mariposas, para que os hagáis una idea de la riqueza natural de este espacio natural único en el mundo.
Estoy segura de que conocéis más de uno…¿Quién no ha oído hablar de la manzanilla real de Sierra Nevada (Artemisa Granatensis)?
Recordad el gran alboroto el que se formó cuando el más conocido como “el pastor de la manzanilla” fue condenado a cárcel por arrancar unos gramos de esta especie, confundiéndola con la manzanilla de infusiones común…
Visto así, mejor conocer el tipo de territorio que estamos pisando, sus particularidades y su nivel de protección ¿verdad?
Volviendo a la definición de Parque Nacional os seguiré contando que en ellos hay grandes limitaciones de cara, entre otras cosas, a proteger estos endemismos.
Por ejemplo, no está permitido construir, solo se puede acceder a ellos por su red de senderos y rutas, están prohibidas actividades que sean perjudiciales para el medio como la caza y encender hogueras, no se puede coger ningún material de ningún tipo salvo que sea con motivo científico (acordaros del pastor…) y generalmente el número de visitantes se limita.
Y diréis, pero si eso es lo que entiendo yo por Parque Natural…¿cuál es la diferencia entonces?
¿Qué es un Parque Natural?
Según la definición oficial «Los Parques Naturales son áreas naturales, poco transformadas por la explotación u ocupación humana que, en razón de la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación merece una atención preferente».
La figura de Parque Natural tiene un «menor rango» en cuanto a nivel de protección, pero no por ello son menos importantes a nivel ambiental.
Las restricciones que los Parques Naturales presentan son menores y, por lo general, no suele haber especies autóctonas reseñables, aunque también es posible encontrar en ellos endemismos importantes, con un alto nivel de protección.
En todo caso, los Parques Naturales tienen un valor medioambiental extraordinario, y muchos de ellos gran interés científico.
En los Parques Naturales también están prohibidas las construcciones o actividades que tengan un impacto medioambiental y en algunos incluso se permite acampar (entre otras actividades), por lo que se encuentran algo más «alterados» por la presencia y actividades humanas que los Parques Nacionales.
No se da un aforo en cuanto al número de visitantes, pero en todo caso se impone visitarlos con cabeza y respeto.
Aplicado al municipio que hoy os proponemos visitar, Dílar, encontramos que tiene territorio dentro del Parque Nacional y dentro del Parque Natural.
Con un ejemplo lo veréis mucho más claro: Sierra Nevada en concreto es como un huevo frito. Imaginad todo el macizo, el centro es la yema y es Parque Nacional y el resto del huevo, la clara, es Parque Natural. ¡Fácil!
La acequia alta del Río Dílar
Y paisajes de libro y dignos de un Parque Natural y un Parque Nacional es lo que os rodeará en esta ruta.
Se trata de un recorrido lineal y de dificultad baja, que no requiere preparación física especial, ni de equipación demasiado complicada (más allá de los básicos imprescindibles cuando salimos a hacer senderismo).
El camino es bastante accesible, ideal para peques y personas de cualquier edad, o para disfrutar con tu mascota.
La única dificultad (o más bien ese plus de «aventurilla» que a los peques les encanta) la encontramos en un par de puentes que es necesario salvar (en realidad es la propia acequia cruzando los barrancos), pero que cuentan con barandas de cable para ayudar a sortearlos.
La Ruta de la Acequia alta de Dílar es ideal para hacer un poco de «escuela de montaña», y similar en dificultad y a otras rutas que hemos reseñado en la web, como la del nacimiento del río Darro o la de la Fuente de la Teja.
Nosotras la empezamos en el Área recreativa del Río Dílar que está situada junto al merendero Los Alayos, pero es posible iniciarla en el punto en que termina (junto al Hotel La Zerbinetta), haciéndola en sentido contrario.
Desde aquí, el recorrido es tan sencillo como seguir el camino habilitado junto a la acequia.
Casi imposible perderse pero, como siempre, os la hemos dejado grabada en Wikiloc para más seguridad.
La acequia Alta de Dílar baja paralela al río del mismo nombre, que nace en los Lagunillos de la Virgen en Sierra Nevada, a nada más y nada menos que casi 3000m de altura.
El río Dílar en época de deshielo aumenta considerablemente su caudal, pero incluso en los inviernos secos luce esplendoroso.
Y en verano ¿qué contaros?, la afluencia de visitantes, especialmente familias en las orillas del río es casi una «romería» en fines de semana calurosos.
Esta acequia es la responsable de llevar el agua a los cultivos de Dílar, Gójar y Gabia.
Como curiosidad, os contaré que durante el invierno, el uso del agua es libre, por lo que llaman “riego por justicia”. Una costumbre herencia de nuestros antepasados árabes que a día de hoy continúa vigente.
La vegetación en la Ruta de la Acequia alta del río Dílar
¿Qué tipo de vegetación os va a rodear durante la ruta?
Siempre espectacular en cualquier época del año, el paisaje se modifica con las estaciones: por ejemplo, si vais en otoño o invierno, veréis el espectáculo que protagonizan las arboledas con sus colores amarillos y rojos desnudándose por el viento frío de la sierra. Acompañados de la escarcha y el rocío crean un paisaje de libro.
Y en cualquier época del año, no lo dudéis, el agua, que alivia la sed de animales y plantas, es la auténtica protagonista de esta ruta.
El ombligo de Venus
A la hora de hablar de la vegetación de la ruta, me concentraré de una planta que os acompañará a lo largo de casi toda la ruta, junto a la acequia: el ombligo de Venus.
Se trata de una planta que suele dejarse ver en grietas, fisuras de paredes de piedra o entre las rocas de las montañas, en zonas de umbría.
Es común en la zona mediterránea, aunque también podréis verla en otras partes de Europa.
Como podéis ver, es una planta de un verde precioso y tiene el contorno redondeado, con tallo y hojas carnosas…¡e incluso sabrosas!
No dudéis en «echarle mano» y probarla, pues las propiedades de esta planta como alimento son muchas: tiene varios compuestos que le dan propiedades antioxidantes, bactericidas, analgésicas, cicatrizantes y diuréticas. ¡Toma ya! ¿qué más se le puede pedir a una planta?
Su jugo se utiliza para tratar inflamaciones hepáticas, infecciones de orina, problemas de retención de líquidos… Pero realmente es más utilizada digamos que…a nivel «externo»: basta con quitar la piel a sus hojas y aplicarla como si fuera una tirita para así tratar heridas pequeñas o sabañones.
Además, el ombligo de Venus, al ser comestible, es utilizada en cocina para acompañar platos o incluso para adornarlos.
En ensaladas es estupenda: ombligo de venus, frutos secos, lechuga, aceite vinagre y una pizca de sal y tendréis una ensalada deliciosa y que nutricionalmente es una pasada.
¿Sabíais que Hipócrates recomendaba a los varones consumirla para tener hijos con mayor facilidad? Quizá nuestro médico griego aquí patinó un poco, ya que esto no tiene fundamento científico alguno, pero da muestra de que el interés por el esta planta y sus propiedades se remonta siglos atrás.
Continuando la ruta estaréis rodeados de cortijos increíbles (de esos que te hacen soñar con irte a vivir al campo) y abundantes tierras de cultivo, así como grandes campos de olivos entre los que no podréis resistir hacer una parada para tomar fotos.
Si en algún momento de la ruta os apetece parar y disfrutar del lugar sentados comiendo un aperitivo, podréis hacerlo en las mesas que hay dispuestas a lo largo del camino en diferentes miradores a lo largo del camino, que cuentan con carteles informativos.
La ruta finaliza en el Hotel Zerbinetta, que por cierto tiene una terraza preciosa para tomar algo bien fresquito después de la caminata.
Como os dije al principio, si queréis también podéis hacer la ruta partiendo desde este hotel y acabando en el área recreativa, junto al Mesón los Alayos (que abre en verano)
La ruta tiene una duración de dos horitas aproximadamente (ida y vuelta), pero si queréis hacerla un poco más larga, cabe la posibilidad de unirla con la ruta de la acequia alta ¡os la reseño otro día!
Espero que os haya gustado, y que añadáis este paseo a vuestro libro de rutas sencillas, cortas o de «escuela de montaña» para vuestros peques, porque es todo un placer.
¡Nos vemos en Dílar familias!
