Lo tienes claro, la tuya es una familia montañera.
Sois amantes del senderismo desde antes de que nacieran los niños, o quizás os habéis lanzado a la naturaleza gracias a ellos, da igual. La cuestión es que los fines de semana apagas la tele, coges el coche o el bus y te lanzas a rutear como si no hubiera un mañana.
¡Bien hecho! Hay mil motivos para disfrutar del campo y podría soltarte aquí un rollazo sobre sus bondades, la importancia de educar a tus minis en el respeto a la naturaleza etc. Y todo sería verdad verdadera, pero, no sé tú, yo lo hago porque me da la vida y disfruto una barbaridad.
Lo hacía antes de que nacieran mis hijas, lo seguí haciendo cuando eran bebés y las llevábamos en la mochila, y he seguido haciéndolo durante 11 años… Deseo de corazón que el senderismo (llámalo trekking si te gusta más) sea algo que compartamos durante toda nuestra vida.
Pero bueno, que me desvío, hoy quiero compartir algunas de mis experiencias equipando a mis hijas a la hora de salir de ruta.
No soy una súper experta, ni conozco a la perfección los materiales de cada prenda o accesorio, así que voy a hablar desde la experiencia y, sobre todo, desde un punto de vista práctico y muy personal. Espero que te resulte de utilidad.
Tabla de contenidos
¿Por qué es importante una buena equipación para hacer senderismo?
Por pura lógica, por comodidad y, sobre todo, por seguridad.
Aplica la lógica
Nadie se viste igual para ir a una boda que para ir a trabajar, o al colegio, o a la playa ¿verdad? y no me refiero a la parte puramente estética, sino a la parte más funcional.
Llevar ropa y calzados adecuados al medio en el nos vamos a mover es una cuestión de puro sentido común. O debería serlo…
Podría decir aquella famosa frase de Blade Runner «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais…»
He visto gente en chanclas de goma por senderos de rocas, gente sin ropa de abrigo a temperaturas bajísimas, gente, gente en pantalón corto andando entre matorrales «destrozapiernas»… Y entre esa gente había niños y niñas. Ains.
¿Significa eso que debemos vestir a nuestros peques como si fueran a coronar el Everest para hacer una ruta sencilla «al lado de casa»? evidentemente no. Ni tanto ni tan calvo.
¿Cuántas veces habéis visto a gente vestida con ropa de montaña o de caza, hasta el más mínimo detalle, bajar de un súper coche todocamino directamente en la puerta del restaurante rural? Sin una mota de polvo o barro encima…
La equipación técnica es una cuestión de seguridad y de comodidad, no de moda.
Y en cuanto al tema económico… bueno, está ahí. Habrá que hacer una pequeña inversión.
Recuerda que siempre puedes hacerla poco a poco, recurrir a «herencias» de hermanos, primos o amigos ¡que rule la ropa y que se le de una segunda o tercera vida! O incluso recuperar la vieja tradición de pedir para reyes y cumpleaños cosas prácticas y necesarias, y no caprichos superfluos.
La comodidad es fundamental
¿A que no te gusta que te duelan los pies? o llevar unos unos pantalones súper ajustados cuando necesitas libertad de movimientos, o que el sol te achicharre la cara o que la camiseta de algodón se empape de sudor y no se seque nunca…
Si queremos aficionar a nuestro peques al senderismo debemos procurar que las experiencias que les proporcionamos sean satisfactorias siempre ¡en todos los sentidos!
La seguridad es lo primero
Una buen equipación mejora la seguridad de tus hijos, así de simple.
Por poner un ejemplo muy sencillo: un buen calzado puede suponer la diferencia entre caerse o no caerse, así de sencillo.
Por eso, darle una vuelta antes de lanzarte a la montaña o a cualquier espacio natural siempre es buena idea, así que ¡entremos en materia!
El calzado
El calzado es uno de los aspectos fundamentales de la equipación a la hora de hacer senderismo. Nuestra principal «herramienta» serán los pies, por tanto ¡mejor tratarlos bien!
Me consta que el precio de las botas y zapatillas de montaña de calidad para niños es un «punto de dolor». Porque, es verdad, crecen tan deprisa que las van a utilizar poco tiempo…
Sin embargo, creo que es una de las cosas en las que no hay que escatimar. Si me apuras, puedo comprar camisetas económicas y otros accesorios de «marca la pava», pero el calzado no.
Seguramente cuidas el calzado que tus peques utilizan a diario y has buscado unos zapatos que respeten el desarrollo de sus pies, que sean de buena calidad etc. Pues igual con el calzado de montaña.
Y sí, le van a durar poco, pero merece la pena. Piensa que si tienen hermanos más pequeños los heredarán y si no ¡viva la tradición de pasar las cosas entre primos y amigos!
No hablaré de marcas, porque hay muchas buenas y no soy una experta, pero si te recomiendo encarecidamente que vayas a una tienda especializada para comprar el calzado.
Y cuando hablo de tienda especializada no me refiero a grandes superficies ni megatiendas de artículos deportivos. Me refiero a tiendas (generalmente muuuucho más pequeñas) cuyos propietarios son auténticos expertos en la materia.
La mayoría de estas tiendas han sido creadas por montañeros/as experimentados que saben perfectamente lo que venden, son capaces de asesorarte con honestidad y tienen muy claro que un cliente satisfecho es un cliente para toda la vida.
En Granada hay unas cuantas ¡y todas me sirven!. Mi favorita es Bicha, tienda y Club deportivo junto a Puente Verde.
Es pequeña, no tiene la mayor variedad del mundo, pero sí que tiene la mejor atención del mundo. En realidad debería decir que su atención al cliente es «nivel Dios».
Para que os hagáis una idea, cuando llevé a mis hijas para comprar unas zapatillas de montaña las descalzaron, estudiaron sus pies, los midieron, les preguntaron por sus hábitos y gustos… antes de recomendar un modelo en concreto.
Qué decirte, quédate con la tienda en la que te traten así…
¿Bota o zapatillas de montaña?
Antes de comenzar ¡calzado de montaña por favor!
No se sale a hacer senderismo con zapatillas de deporte, tenis y cosas así. Sencillamente porque no están diseñadas para ese medio, a tus peques les dolerán los pies y tendrán muchas posibilidades de caerse o dañarse.
Ahora bien ¿botas o zapatillas de montaña? Si os dais un paseo por San Google buscando información sobre el tema, encontraréis un encendido debate entre partidarios de una y otra opción.
Yo os cuento lo que me dijeron mis tenderos de confianza y lo que más me ha convencido de todo lo que he leído por ahí sobre calzado de montaña.
En general, cuando hablamos de calzado deportivo de niños para la montaña, lo más indicado suelen ser las zapatillas, siempre y cuando no estemos hablando de rutas de alta montaña, con nieve o frío extremo (que raramente se hacen con niños pequeños), en cuyo caso serían mejores las botas.
Las zapatillas de montaña tiene una suela específicamente diseñada para el tipo de terreno que vamos a pisar, tienen suelas resistentes y con «tacos», para un mejor agarre. Llevan las punteras reforzadas para proteger los dedos y disponen de un buen sistema de ajuste al pie.
Si además el tejido es gore-tex, es decir, impermeable, mejor que mejor, porque nunca sabemos cuándo vamos a meter el pie en un arroyo al cruzarlo.
Son ligeras (en comparación con las botas) y permiten una mayor movilidad del tobillo, lo que favorece la marcha natural de nuestro cuerpo.
Las botas, por su parte, mantienen una mejor sujeción del tobillo, lo que es perfecto para terrenos muy escarpados. Eso sí, son más pesadas y la marcha se resiente.
Las utilizaremos en condiciones de nieve, frío extremo o terrenos muy complicados.
Es poco probable que te aventures con niños pequeños por este tipo de terrenos, así que la mejor opción para comenzar en el senderismo para los peques son unas buenas zapatillas de montaña.
Cuando vayas a comprarlas, ten en cuenta los calcetines.
Los de montaña son más gorditos y la talla debe calcularse con ellos. ¿Lo mejor?, ve a la tienda con los calcetines para que se prueben las zapatillas con ellos puestos.
¿Qué ropa les pongo a los niños para hacer senderismo?
Afortunadamente, cada vez hay más opciones en el mercado de ropa «técnica» para niños. Me parece estupendo, por la comodidad que supone para ellos y sobre todo porque significa que cada vez tenemos más peques senderistas.
En todo caso, la ropa a utilizar estará en función de la época del año y de las temperaturas de la zona en la que vivas.
Consejos generales
La adaptación es la clave.
Adapta la cantidad de ropa y su poder térmico a la climatología de la zona en la que vas a practicar la actividad.
Y adapta las prendas que van a llevar los peques al tipo de actividad que van a realizar. No es igual abrigar a un bebé que va en una mochila y no se mueve, que a un peque que ya camina, a otro que anda y corre…
Evidentemente los bebés deben ir siempre más abrigados (igual que cuando los paseamos en carrito de bebé), pesto que no se mueven y generan menos calor que aquellos que ya corretean.
Y cuando andan, corren y saltan… abrígalos, con precaución, pero evitando la tentación del «muñeco de Michelín».
A nadie le gusta caminar incómodo por el exceso de ropa, ni ir pasando calor… Algunas prendas pueden viajar cómodamente en las mochilas, bien dobladas y ocupando poco espacio, esperando el momento en que son necesarias.
Las tres capas en la equipación de montaña
Se suele hablar de las tres capas a la hora de vestir para la montaña:
Primera capa: camisetas y pantalones
Manga corta o larga (según sea verano o invierno), lo ideal es que estén confeccionadas en un tejido transpirable ¡aquí manda lo sintético!
Evita las camisetas de algodón, incluso en verano, porque no transpiran bien y al final terminamos empapados en sudor. Si es invierno se enfriarán y si es verano irán súper incómodos con ellas pegadas al cuerpo.
Para el verano me gusta que las camisetas tengan también cuello bastante cerrado, para evitar que se quemen en la zona del cuello y pecho (aunque utilicemos crema solar, esta zona está muy expuesta al sol) y nos quemamos casi sin darnos cuenta).
En cuanto a los pantalones, elige siempre tejidos sintéticos, evitando vaqueros o pantalones de algodón.
Existen pantalones de montaña «desmontables», que podrás utilizar en verano o en invierno e incluso «leggins» de montaña. Para mí, estos pantalones de montaña tipo leggin han sido un auténtico descubrimiento: son calentitos y súper cómodos, ya que proporcionan una gran libertad de movimientos.
En verano puedes optar por el pantalón corto ¡siempre que el terreno por el que vas a hacer la ruta lo permita!. Mucho cuidado con llevar pantalón corto si vas a ir «campo a través» por zonas de matorral y monte bajo. Las preciosas aulagas por ejemplo, que dan ese color amarillo tan característico a nuestros campos, pinchan como condenadas… Esos pequeños arañazos duelen, escuecen y pican una barbaridad ¡mejor evitarlos!
En invierno, con temperaturas muy bajas, puedes utilizar también mallas térmicas bajo los pantalones. Pero » no te pases» abrigando a los niños. Si caminan y van a estar en movimiento, generarán calor y un exceso de ropa puede ser muy incómodo.
Segunda capa: forro polar
La segunda capa suele referirse a prendas de tejido polar. Los hay de diferentes grosores y capacidades térmicas. Elige aquellos más adecuados a la climatología de tu zona.
Recuerda que si haces rutas de montaña, debes ir siempre bien abrigado, incluso aunque a priori el tiempo vaya a ser bueno. En la montaña las condiciones climatológicas pueden cambiar en cuestión de minutos, e ir escasos de ropa puede convertir un precioso día de senderismo en una carrera para regresar a casa por culpa del frío.
Llevar una segunda capa no significa necesariamente llevarla encima siempre.
Cuando estamos en movimiento necesitamos menos ropa, pero cuando paramos… nuestro cuerpo se enfría rápidamente. El forro polar puede ir bien doblado en la mochila, esperando el momento idóneo para ponérnoslo.
Tercera capa: chubasquero, cortavientos, anorak
Con temperaturas bajas, utilizaremos siempre una tercera capa, que puede ser (dependiendo del clima) un chubasquero (ocupan poquísimo doblados en la mochila), un cortavientos (resultan muy prácticos para el entretiempo) o un anorak de plumas (para las épocas más frías).
Existen chaquetones de plumas con capacidades térmicas diferentes, elige el que mejor se adapte a la climatología de tizona. Los chaquetones de plumas son la prenda más cara, pero si sales con frecuencia en invierno, no dudes en comprar una de buena calidad.
Sí, como toda la ropa de los peques, les durará poco tiempo, pero la inversión está justificada si sales cada fin de semana. Cuando les quede pequeño, podrán heredarlo los hermanos menores, amigos, primos… o incluso lo puedes vender en el mercado de segunda mano.
Sobre las tres capas: no hay ni que decirlo, es puro sentido común, pero ya sabéis, no es necesario llevar siempre las tres capas «encima».
Gorros
Los gorros para proteger la cabeza del frío y el calor son esenciales.
En invierno puedes optar por gorros de lana o tejido polar. Personalmente me gusta los que llevan orejeras, porque son más calentitos y «gustosos».
También puedes optar por los tubulares o «bragas de cuello» para utilizarlos como protección en la cabeza.
Y en verano ¡no olvides una buena gorra!. Gorra con visera, que protegerá también del sol la cara, o gorrito (también con visera o pequeña ala).
A mis hijas siempre les han gustado más los gorritos, y yo también me he aficionado a ellos ya que me resultan más cómodos que las gorras, aunque reconozco que las que llevan protección extra en la parte trasera para la nuca son realmente prácticas.
Guantes
Las extremidades se enfrían fácilmente así que en invierno ¡unos buenos guantes! Serán más o menos gruesos en función del frío, e incluso puedes optar por llevar dos capas también en las manos (unos guantes más finitos debajo de otros más gordos).
Mejor si son de tejido técnico, ya que los de lana se mojan con facilidad y aunque parezca mentira, abrigan menos.
Por supuesto, si el objetivo de la ruta es jugar con la nieve ¡utiliza siempre guantes especiales!
Tubular
También conocidos como «bragas de cuello», los tubulares son perfectos para proteger del frío la zona del cuello, pero también los podremos utilizar como protección para la cabeza.
Los hay de diferentes grosores y podemos encontrar tubulares de invierno, en forro polar u otros tejidos sintéticos, y otros más finitos para el verano.
Accesorios
El accesorio esencial es la mochila ¡también para los peques!, claro que puedes llenarla con muchas cosas más.
Mochila
Desde muy pequeñitas, mis hijas han llevado su propia mochila. Para nosotros ha formado parte de esa pequeña «escuela de montaña» que supone hacer senderismo con niños.
Preparar la mochila el día de antes de la ruta, o en la misma mañana, es toda una liturgia, que cualquier senderista practica con esmero y mucha atención: qué necesito, cómo lo ordeno…
Hay mochilas de montaña de tamaño pequeñito, muy ligeras, que no les estorbarán a la hora de andar y en la que podrán llevar sus cosas, haciéndose responsables de ellas e interiorizando de forma práctica los básicos que de la mochila de todo buen senderista.
Botella de agua
Utiliza siempre botellas de acero inoxidable que mantengan el agua fresquita. Con tapón de rosca o pequeña boquilla, aunque pesen un poco más que las de plástico, el medio ambiente nos lo agradecerá ¡y el agua no parecerá sopa en verano!
Hay botellas de acero inoxidable de todas los tamaños ¡también pequeñitas!
Manta térmica
La manta térmica es una de esas cosas que ojalá que no tengas que utilizar nunca, como todo lo que va en el botiquín de primeros auxilios que debe ir en la mochila.
Sin embargo, es algo tan sencillo, tan barato, ocupa tan poco espacio y puede resultar tan útil, que merece la pena hacerse con una y añadirla al kit básico de montaña.
Se utilizan tanto para retener el calor como para bajar la temperatura.
En situación de hipotermia pondremos la parte plateada pegada al cuerpo y para bajar la temperatura (en caso de fiebre o golpe de calor), pondremos la dorada pegando al cuerpo y la plateada hacia el exterior.
Botiquín de primeros auxilios
¡Siempre contigo! y muy especialmente si vas con niños.
Un pequeño botiquín, compuesto por medicamentos básicos como analgésicos y los artículos esenciales para la limpieza de heridas como gasas estériles, esparadrapo, clorhexidina, suero fisiológico, tiras de aproximación o las imprescindibles tiritas.
Otros accesorios
Para mí, los «esenciales» terminan arriba, claro que hay muchas más cosas que puedes llevar en tus excursiones con peques en la naturaleza.
Gafas de sol
Unas gafas de sol de calidad, que protejan los ojos de la luz solar directa son imprescindibles en muchas ocasiones, sobre todo si vamos a estar rodeados de nieve.
Kit de explorador
A muchos peques les gusta llevar prismáticos, lupas, pinzas… Si crees que pueden aumentar su interés por la naturaleza ¡adelante!, quizás tenemos pequeños naturalistas en ciernes en casa.
Crema solar
La protección solar no es un accesorio. Es necesaria siempre.
Utiliza una crema solar con una buena protección. Ten en cuenta que deberás aplicarla varias veces a lo largo del día, con la periodicidad que marque el factor de protección solar de la crema.
Te recomiendo cremas solares ecológicas de calidad, para toda la familia, y muy especialmente para los mas pequeños.
Hasta aquí mi pequeña aportación al tema de la equipación de los niños y niñas a la hora de hacer senderismo. Espero que te haya resultado de utilidad y ¡nos vemos de ruta!