Si algo no le falta a Granada son monumentos y espacios culturales y, paradójicamente, si de algo carece es precisamente de un mayor conocimiento de su existencia por parte de los granadin@s.
Ese desconocimiento de nuestro patrimonio histórico y artístico, además de ser un pecado mortal, merma el disfrute del mismo, y lo deja «reservado», involuntariamente, al turismo.
Desde Little Granada, me he propuesto presentaros algunos de estos espacios, y contaros cómo se “comportan” con una visita familiar.
Porque tenemos que reconocer que hay auténticas maravillas que fácilmente podrían ser declaradas “patrimonio universal de la inaccesibilidad» para las familias.
Y es que generalmente se olvida que la accesibilidad universal incluye las necesidades de las personas con discapacidad y las personas mayores, pero también las de las familias con hijos pequeños.
El primero de estos espacios es, por derecho propio, el Cuarto Real de Santo Domingo.
La familia Little Granada tiene una deuda no de honor, sino de amor, con este espacio singular, que acogió la II Feria Littlegranada.
Sin aburriros con la historia completa, baste decir que la segunda edición de nuestra feria bonita estuvo a punto de no celebrarse, ya que el lugar reservado con meses de antelación (El Carmen de Isabela), cerró sus puertas de forma imprevista, dejándonos sin “hogar” a pocos días del evento.
De manera completamente excepcional, el Cuarto Real de Santo Domingo nos abrió sus puertas.
Durante dos días, sus jardines, su sala de exposiciones, su personal…acogieron a los cuatro mil grandin@s, familias con niñ@s pequeños, que lo visitaron durante ese fin de semana. Un auténtico reto, del podemos afirmar que salió más que airoso.
¿Conocéis una manera mejor de declarar su voluntad de ser un espacio auténticamente family friendly?.
Sin lugar a dudas, una de las mayores satisfacciones que me deja esta II edición es la cantidad de personas que han conocido y disfrutado de este espacio, que lo han hecho suyo, y que con toda seguridad, volverán a visitarlo y disfrutarlo en numerosas ocasiones.
Y es que el Cuarto Real de Santo Domingo es aún, dos años después de su apertura pública, un gran desconocido para los vecin@s de Granada.
Tras ser adquirido por el Ayuntamiento de Granada en 1990, el proceso de rehabilitación y restauración (no exento de polémica) se dilató hasta 2015, cuando por fin abrió sus puertas de nuevo para la visita pública.
Gracias a la Asociación de Familias Pro-Accesibilidad “Bebés sin barreras”, disponemos de dos rutas de acceso al monumento, diseñadas para aquellas familias que se acerquen al mismo con un carrito de bebé.
Las rutas se pueden descargar de forma completamente gratuita clickando en el botón de aquí abajo. Sólo “pagas” con una acción social (una publicación en twitter o Facebook), que ayuda a difundirlas.
Hagamos un poquito de historia (gracias a la información facilitada desde el monumento):
El Cuarto Real de Santo Domingo es un monumento de excepcional interés artístico, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1919.
Su singularidad y valor cultural reside en ser el único testimonio de almunia real que se ha conservado intramuros a la antigua ciudad nazarí.
Una almunia es un huerto o granja, y en época de Al-Ándalus eran espacios que podían compaginar una triple vertiente, en mayor o menor grado: eran núcleos de explotación agraria de extensión considerable; muchas de ellas tuvieron un carácter científico al ser el lugar para experimentar con la aclimatación de otras especies vegetales introducidas en la península; y también fueron fincas de recreo y esparcimiento en manos de la monarquía y la nobleza, donde se retiraban para escapar del boato cortesano.
Del palacio o residencia real asociado a esta almunia solo ha llegado hasta nuestros días el núcleo ceremonial de dicha almunia: un torreón adosado a la muralla cuyo interior encierra una qubba o Salón de Recepciones y un jardín rectangular, del que nos han llegado sus restos arqueológicos.
Los Reyes Católicos lo cedieron a la Orden de Santo Domingo para la fundación del Convento de Santa Cruz la Real, En los primeros años de su etapa conventual la qubba fue usada como capilla, quedando como un núcleo completamente exento tras construirse el edificio principal del convento (claustro e iglesia).
Esta parte de jardín y qubba, la no ocupada por el convento propiamente dicho, pasó a manos privadas en la segunda mitad del siglo XIX, convertido en residencia burguesa.
Finalmente, El Cuarto Real (palacete con la qubba y jardín, ya convertido en un jardín eclético-romántico) y un resto de las huertas nazaríes -luego dominicas- fueron adquiridos por el Ayuntamiento de Granada en 1990.
La parte de la huerta ha sido convertida en parque público, con entrada por la calle Seco de Lucena y el Cuarto Real propiamente dicho ha sido rehabilitado para darle un uso cultural y turístico como Monumento.
El parque público es conocido popularmente en el barrio como “el jardín zen” o “jardín japonés”, por su diseño contemporáneo.
Se trata de un lugar muy poco utilizado, pese a su indudable belleza y a su privilegiada ubicación en el centro de la ciudad, tan falta de espacios públicos ajardinados de este tipo.
Ideal para disfrutar de una merienda con peques, sería perfecto si estuviera dotado de alguna equipación pública dirigida a ellos (columpios), ya que sólo dispone de aparatos para ejercicio físico.
Una pequeña adecuación de algunos elementos dañados y …¡voilá!, un maravilloso parque en el centro de la ciudad.
Volviendo al Cuarto Real propiamente dicho, debéis saber que la visita….¡es gratuita!. Y sólo eso ya lo convierte en un auténtico lujo, porque te permite visitarlo una y mil veces, disfrutar sus jardines en las diferentes estaciones del año, y aprenderte de memoria su variada y riquísima programación cultural.
Porque el Cuarto Real de Santo Domingo no es sólo un espacio hermoso con una interesante y muy actual musealización. El Cuarto Real pretende funcionar como un auténtico foco irradiador de cultura dentro de la ciudad, y para ello, propone y acoge eventos culturales de diverso tipo: presentaciones de libros, conferencias, conciertos…, un sinfín de propuestas atractivas que te van a obligar a mirar su página cada semana para hacer planes…
Es muy de agradecer que no se olviden de los peques en la programación de actividades, programando cosas tan interesantes como un taller infantil de arqueología.
Y sería para nota si dieran continuidad a esta programación infantil, con una propuesta estable dirigida a los peques, como ya hace, por ejemplo, la Alhambra, con su programa “La Alhambra y los niños”.
En cuanto a la visita al Cuarto Real en si, he de decir que se trata de un espacio realmente accesible (rampas, ascensor…) y muy agradable para ir con peques: los jardines exteriores se prestan al paseo tranquilo y al descanso, y la zona interior del palacete contiene estímulos suficientes, pero no excesivos, que permiten mantener la atención de los más pequeños.
La tecnología (paneles en códigos QR y chips NFC), permite sustituir los elementos tradicionales de los museos (paneles, vitrinas etc.), respetando al máximo la apreciación arquitectónica del espacio.
Pero si hay algo que realmente llama la atención de los más pequeños en este espacio no es la maravillosa qubba, sino los restos que se muestran gracias al suelo transparente.
Transparentes son también las puertas que comunican el palacete con el jardín, y si vas con peques hay que tener cuidado, porque es muy fácil que no las vean y se golpeen, ya que las pegatinas que indican que “hay” una puerta están colocadas a la altura de un adulto.
Sería interesante colocar algún distintivo similar a una altura inferior, no sólo para los peques, sino también para personas de reducida estatura o que van en silla de ruedas.
En la planta baja también hay una sala de conferencias, en la que se muestra un audiovisual sobre la historia y características del espacio.
Además, el espacio cuenta con personal de información y atención al visitante, que asesoran e informan sobre cuestiones generales relativas a la visita.
Finalmente, la planta alta (a la que se accede por escaleras o por ascensor) está destinada a sala de exposiciones, y en ella siempre es posible disfrutar de propuestas artísticas de primer nivel.
Para hacer el espacio más accesible para familias, le añadiría un cambiador para bebés en aguno de los dos aseos (el del palacete o el que hay junto a la cabina de la entrada)…, y poco más.
Os propongo visitarlo, si no lo habéis hecho ya, y disfrutar de esta joya recuperada para el disfrute de los turistas que nos visitan, pero también para todos los vecin@s de Granada.
Y de camino, vamos entrenando y haciendo músculo cultural en nuestros peques desde bien prontito 😉