Experiencias para disfrutar en familia
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La poesía no muerde

La poesía no muerde.

Si acaso, se deja saborear por pequeños paladares cuando se les presenta en un formato exento de postureo, polvo viejuno y adultocentrismo aburrido.

Y justo eso es lo que ocurrió en la pasada Feria Little, cuando se juntaron cuatro grandes de la creatividad para acercar la poesía a los peques de una forma diferente: Javier Gilabert, Fernando Jaén, Daniel Guirado y Carlos Allende. Ahí es ná.

Nuevos poetas granadinos

Confieso que este «dreamteam peludo» no está entre mis delitos, sino que fue pergeñado por Javier Gilabert, el profe poeta de mis hijas, al que lancé originalmente la propuesta, más bien el reto, de introducir la literatura en Little a través de un taller de poesía para niñas y niños.

Javier, que es de natural «culo inquieto», piensa como un niño (porque los ama) y respira poesía 24h, recogió el guante (yo contaba con ello). Pero la cosa no quedó ahí, sino que el tipo se vino arriba y tiró de teléfono (y de algunas cañas en el bar Soria) para montar un equipo de lujo y hacer algo memorable (y con eso yo no contaba).

comer poesía

Resulta muy difícil agradecer a estos cuatro grandes lo que hicieron sin que este post se convierta en un panegírico babosillo, así que lo resolveré al más puro estilo Little. Con un enorme ¡Gracias tíos!, y contándoos lo bien que se lo montaron con los peques.

Primer (y enorme) acierto: adultos fuera.

Go away padres y madres dispuestos a quedarse con la boca abierta ante las incipientes evoluciones poéticas de sus retoños, huid progenitores culturetas, ni se os ocurra asomar por la puerta con vuestros teléfonos móviles para inmortalizar el momento…

taller de poesia para niños

Si, vale, yo era una de las que quería entrar y no me dejaron 😉

Y se lo agradezco. Porque a partir de la edad (de 7 a 10 años aprox) a la que estaba dirigida la actividad, hay una enoooorme diferencia entre la manera en que se comportan nuestros hijos e hijas cuando estamos delante.

acercar la poesía a los niños

No quiero decir que no se pueda plantear una actividad en torno a la poesía en la que pueda participar toda la familia, pero si que tendría un planteamiento diferente.

La única que pudo disfrutar del taller fue Esther Tornay, a quien debemos estas preciosas fotos.

¿Lo que pasó allí dentro?.

Daniel Guirado actividades para niños

Lo único que se es lo que me contaron mis hijas. Ojo, mis niñas son duras eh?, tienen un «adultómetro» muuuy sensible y detectan rápidamente todas aquellas actividades que a los mayores nos parecen maravillosas pero que para ellas son un pestiño. Y, seamos realistas, ésta tenía todas las papeletas para serlo…

Les pregunté «¿ha sido chulo?». Y me dijeron «Si. Divertido».

Enough.

compartir poesía

Oye que igual a mis maravillosos  escritores les sabe a poco, pero estoy segura de que sin son padres o están habituados a tratar con peques, ahora mismo se sienten como si les hubieran dado un asiento en la Real Academia, como poco.

Chicos, un triunfazo en toda regla.

Me consta que no hubo poesía «para niños» sino poesía a secas. De la buena, de la que se siente, se saborea, se baila, se llora…

¿Cuánto hace que no leéis poesía amiguis?. Y no me refiero a la del lagarto y la lagarta de Federico García Lorca que traen vuestros peques del cole para aprenderse…

poesia para niños

Me refiero a la poesía que en otro tiempo, estoy segura, formó parte de una forma u otra de vuestras vidas. Aquella que un día, sin saber cómo, salió de vuestras lecturas habituales y nunca más habitó la mesilla de noche.

En mi caso, una de las cosas extraordinarias que me devolvió la maternidad fue la poesía. Hace años mi  madre recitó a mis hijas uno de los poemas con los que me acunó de niña, y quedaron fascinadas. Y después, sencillamente, comenzaron a decirme: «mamá, leénos las palabras bonitas».

«Las palabras bonitas». Qué maravilla.

Desde entonces, la poesía es parte de nuestras vidas de la forma más natural. La adulta y la supuestamente infantil.

Y tengo tantos descubrimientos que contaros, que prometo un post con ellos un poco más adelante.

No me puedo despedir sin recomendaros una buena dosis de poesía en vena, a poder ser, «local»: vamos, que salgáis a daros un paseo hasta la Librería Imagina y le pidáis a Mari Ángeles algunos de los libros de Carlos Allende, por ejemplo «La raíz del grito», de Javier Gilabert, su «Poeamario», las «Reparaciones» de Fernando Jaén o mejor aún, «Granada no se calla»,  que los reúne a los tres con lo mejorcito de la poesía Granadina.

las reparaciones Fernando Jaén

Yo los compré en la Feria Little. Bueno, miento, porque Fernando no me dejó comprar el suyo. Me lo regaló con un compromiso: que si me gustaba, comprase otro ejemplar y se lo regalase a alguien.

¿Se puede ser más poeta?.

Mi ejemplar regalado va para Raquel Hernández, de Entropía Cultural, con la que espero que Little recorra un largo camino en el mundo de los libros y la literatura infantil.

Y hasta aquí puedo leer (por ahora, porque estoy deseando daros una estupenda noticia en breve. Cruzad los dedos).