Hoy se me va a ver el plumero. Lo confieso así, a las claras, porque de todas formas se me va a notar. Aunque creo que haga lo que haga, siempre se me nota el corazón, y no me parece mal del todo 😉
Hoy os voy a contar una historia que es también la mía propia, y la de varias empresas de la familia Little Granada, y la de multitud de mujeres a las que admiro y que son mi inspiración.
Es la historia de Esther Tornay, la fotógrafa que conquistó a l@s visitantes de la última Feria Little Granada con su apuesta por la fotografía vintage.
Conozco a Esther desde hace tiempo, porque llevamos a nuestros hijos/as al mismo centro de educación infantil (y ahora al mismo cole), aunque ha sido en el último año cuando nos hemos acercado más…, creo que puedo decir que…¡somos amigas!
Esther se dedicaba profesionalmente a la restauración, y gestionaba con su marido un restaurante en el centro de Granada.
Cansada del ritmo frenético y el estrés de la hostelería, y de las dificultades de llevar un proyecto empresarial con su pareja (ésto me suena de algo…), decidió darle un giro a su trayectoria profesional.
Y con este dato, ya podéis conocer uno de los ragos que la distinguen: su valentía. Porque ya os digo yo que hay que ser muy valiente para hacer un punto y aparte. Para dejar la comodidad de lo que conoces (y te funciona) y dar un zapatazo que le dice al mundo: «Ésto no es lo que quiero. Mi actividad profesional no me hace feliz, y voy a hacer todo lo que pueda por cambiarla».
Además, cuando eres mujer, aunque parezca mentira en pleno siglo XXI, tienes que oír cosas como: «con dos niños ¿te vas a meter ahora en esos jaleos?. Si no te hace falta, con el negocio de tu marido ya ganáis…». Y similares.
Pero si tienes claro que tus aspiraciones profesionales son tan legítimas como las de cualquiera, y que tu independencia económica es vital, no hay nada que te frene.
Y así fué como Esther Tornay se lanzó a intentar vivir de su pasión y de su talento: la fotografía.
Ella trazó un plan. Porque las grandes cosas siempre precisan de un plan. Y comenzó a formarse. Hizó un millón de cursos, viajó a distintos puntos de España para asistir a las clases magistrales de sus fotógrafas y fotógrafos más admirados, entrenó su mirada, ejercitó su sensibilidad y su corazón se hizo grande.
Y es que hace falta un corazón grande y una sensibilidad especial cuando decides especializarte en fotografía familiar, porque con cada click, tienes la enorme responsabilidad de captar y conservar una emoción.
Hasta aquí todo ¿normal?
Me explico: Esther ofrece servicios de fotografía de familia, embarazo, comunión etc. Fotos muy hermosas, y muy profesionales. Un trabajo excelente, sin lugar a dudas.
Pero no es eso lo que la hace especial.
Lo que hace especial a Esther Tornay, además de su valentía (o como resultado de ésta) es su inagotable creatividad.
Así, ha conseguido darle una vuelta a la fotografía de familia tradicional, para ofertarnos algo completamente novedoso, diferente, divertido y especial.
Hablo de la fotografía creativa y de la sesión fotográfica como experiencia en si misma.
Esperad, que me voy a explicar mejor con sus imágenes.
Tener una foto profesional y maravillosa de nuestra hija o hijo es bonito ¿verdad?. Vayamos más allá: ¿y si además en esa sesión fotográfica nuestro hijo/a se convierte en un personaje de cuento?. De su cuento favorito, o de un cuento clásico, que puede jugar a recrear durante la sesión.
Puedes ser un lobito bueno, una caperucita, una Bella Durmiente e incluso una Rapuntzel…El límite lo pone tu imaginación (y el atrezzo 😉
O quizás, nos apetece dejarnos llevar por la nostalgia, el sepia, los sombreros y las puntillas, y hacernos una foto de familia a la antigua usanza.
Èsta fué la propuesta que Esther llevó a la II Feria Little Granada, y resultó un triunfo absoluto. Las colas en su stand son ya historia de nuestra feria.
Fantásticas ¿verdad?. Lo mejor de todo es lo divertido que resulta hacerse este tipo de fotografías.
Para muchas personas (entre las que me encuentro), posar ante la cámara es una auténtica tortura y la experiencia dista mucho de ser agradable, no digamos ya divertida.
Con Esther Tornay ésto no pasa. Porque consigue que te partas de risa, y que disfrutes al máximo del proceso de creación, y que entres en su juego y lo hagas tuyo.
Mirad qué fantástico grupo de madres cañeras, modo «señoras pacíficas» y modo «Hell´s omaítas».
Y ¿qué me decís de estas fotos de cole?. Son las fotos de recuerdo que hizo el año pasado para la escuela infantil de nuestras peques. Geniales.
Qué queréis que os diga, soy muy fan de su trabajo, y ando como loca detrás de ella para que me haga un retrato de familia a la antigua. Sólo tengo que terminar de convencer a mi esposo, y así ando todo el día, persiguiéndolo por casa cantándole aquello de «fina estampa caballero, cabellero de fina estampaaaa», a ver si cuela.
Es que quiero una foto como ésta. Me entendéis ¿verdad?
Si os apetece tener una de estas fotos divertidísimas, este sábado tenéis una oportunidad de oro: Esther Tornay va a estar todo el día en el Zoco del Salón con su chiringuito de fotógrafa ambulante, sus tocados y todo su arte, disparando sin parar.
¿Quién se resiste?.
Y si queréis un trabajo especial, unas fotos «de cuento», la intimidad del estudio o proponerle alguna locura (a la que seguro que os dice que si), os dejo aquí sus datos de contacto.
Esther Tornay Fotografía
Teléfono: 601036606
mail: tornaymejiasesther@gmail.com
C/ Crucero de Baleares Nº 9 (Zaidín).
Horario: de lunes a viernes de 10:00 a 13:30. Tardes con cita previa.