Experiencias para disfrutar en familia
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Cristina Muñoz, la fisioterapeuta tranquila

Hoy inauguramos una nueva sección en la web Little: lleva por título «detrás del mostrador» y lo que me gustaría con ella es acercaros a las personas que están detrás de las empresas que forman parte de Little.

Todos y cada uno de los proyectos que forman parte de Little tienen una historia detrás; algunas de ellas son realmente épicas, otras divertidas, otras están llenas de tropiezas, pero todas, absolutamente todas, merecen ser contadas.

empresas Little

Las trayectorias vitales de las pequeñas empresas (en nuestro caso prácticamente todas microempresas) no están ligadas a las fluctuaciones de la bolsa o los cambios en el mercado de divisas, sino a las vidas de las personas que están a su frente: el nacimiento de un hijo/a, un cambio de residencia de un país a otro, una reorientación profesional tras un despido o un salto al vacío en toda regla, son los picos y los valles de sus gráficos.

Cada uno de estos post llevará el sello inconfundible de la persona que lo protagoniza: algunas son extremadamente celosas de su intimidad, tímidas incurables (como Cristina, nuestra protagonista de hoy) mientras que otras son extrovertidas y muy muy sociales.

Cristina Muñoz empresaria Little

Cada una/o elige el lugar donde quiere que nos sentemos a charlar y tome algunas fotos: su cafetería favorita, el parque al que van a jugar con sus peques, su casa o ese rincón de la ciudad que aman. Solo hay una norma: nunca en sus negocios; ahí ya hacemos otro tipo de post centrados en su faceta puramente profesional.

Lo mejor de todo es que este miniproyecto dentro de Little me está permitiendo conocer más en profundidad a este fantástico grupo de personas, disfrutar de su conversación inteligente y divertida y seguir maravillándome  con su extraordinaria diversidad: tenemos gente muy british, otra muy moderna, los hay súper «hippies», pero también muy «pijiplin», moteros, monologuistas, campeonas de paddel, cantantes de ópera, personas con un intenso sentimiento religioso, guiris de varias nacionalidades…

la finca coffe

Cada vez que lo pienso, sigo maravillándome de lo bien que nos llevamos (disfrutamos a tope de cada encuentro de formación y networking) y entre nosotros no dejan de surgir preciosas historias de cooperación.

Por último, creo que esta sección servirá también para desmitificar un poco el emprendimiento, mostrando las luces y las sombras que conlleva la puesta en marcha de un proyecto empresarial.

Pienso que en los últimos tiempos hay un mensaje súper positivo y optimista en torno al emprendimiento, que motiva a muchas personas a lanzarse a la aventura de crear una empresa. Y está muy bien, de verdad, es una opción de vida tan válida como cualquier otra. Pero ojo, es complicado. Complicado y duro. Duro de narices… Y esa parte también hay que contarla ¿no os parece?.

fisioterapeuta Granada

Y sin mas rollo por mi parte, hoy tengo el gustazo de presentaros a la primera protagonista de esta sección: Cristina Muñoz, la fisioterapeuta que está detrás del mostrador de la Clínica Salus.

En realidad, Clínica Salus la forman dos socias, pero si Cristina es tremendamente tímida, lo de su socia ya es de otro planeta. Esta mujer no es que esté «detrás del mostrador», ¡es que está casi debajo!. A Eli no le gusta nada esto de ser «visible», así que la respetamos…,pero por supuesto,  no reuncio a convencerla algún día para que se deja caer por aquí…., tiempo al tiempo 😉

Para charlar quedamos en la cafetería favorita de Cristina, y desde ese día, también la mía: La Finca Coffe. Un minúsculo local cerca de la Catedral que es parada obligatoria para todos los amantes del buen café. Cada día, Juanma tuesta un montón de variedades diferentes, que puedes degustar en su cafetería, llevarte «puestas» o incluso comprar, porque también vende café.

la finca coffe Granada

Conozco a Cristina desde la primera edición del proyecto Little, cuando celebramos nuestra feria en el Carmen de Isabela.

Aquel fin de semana ocurrió algo que describe muy bien el carácter de esta mujer: el stand de Clínica Salus estaba en la segunda planta, y una distribución poco afortunada por mi parte de los stands, unida a las limitaciones del espacio, hacía que no pasara mucha gente por su pequeña ventana al mundo. Cristina, sin dudarlo, cogió tarjetas y se marchó a la planta baja, al jardín y a donde hubiera alguien que estuviera interesado en la fisioterapia obstétrica, el masaje para bebés y todo lo demás, para contarles de qué iba su negocio.

Vale, no os engaño, en realidad si que lo dudó, porque esta mujer es muy reservada y le cuesta un poco lo de «asaltar» a la gente, pero tuvo el «arranque» necesario para sobreponerse a su timidez y resolver la situación.

Así es ella. Luchadora. Y tenaz.

fisioterapeuta maternidad Granada

Y así son todas las emprendedoras cuyos proyectos prosperan: luchadoras, perseverantes y con capacidad para resolver problemas. Del tipo que sean, grandes y pequeños.

Cuidado, no os engañéis, las personas emprendedoras no lo hacen «como si nada», con una facilidad sobrehumana, lo hacen con mucho esfuerzo, en ocasiones con dolor, pero, a diferencia de otras personas que se quedan inmóviles antes las dificultades, lo hacen.

Cristina lo hace, como diría mi madre, «sin dar un ruido» y huyendo de la imagen de superwoman.

fisioterapeuta Granada

Hablar con ella sobre las dificultades del emprendimiento para tener una vida familiar medianamente «normal» es un alivio, porque me encuentro con una mujer que pese a la apariencia de serenidad y control que transmite, no le duelen prendas en reconocer que no llega a todo.

Casada y madre de dos peques (chica y chico), tiene muy claro que la conciliación es lo más complicado de emprender y que de alguna manera, hay que encontrar soluciones en las que los grandes perjudicados no sean los peques.

Cristina y José
fotografía @violettaturatti

Se atreve a decir lo que muchas personas piensan (yo incluida), que si quieres conciliar y tener mucho tiempo libre, el emprendimiento no es el camino. Con todos los matices que queráis, pero cuando hablamos de microempresas, creo que esta afirmación es muy cierta.

Así las cosas, una de sus principales preocupaciones es avanzar en ese equilibrio, para no perder de vista lo importante. Y si, algún dolor de cabeza le da, porque no todas las variables están en nuestras manos, y  algunas renuncias son inevitables. Eso si, nunca pierde de vista el objetivo: trabajar para vivir (que no al revés).

conciliar

Y en eso se empeña, en lograr ajustes con su pareja y con su socia para distribuir el tiempo de trabajo de manera que ambas tengan más vida personal y familiar, y en hacer crecer y consolidarse su negocio sin perder de vista lo que la animó a crearlo: practicar la fisioterapia que le nacía del corazón.

Y vivir.

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