Canica Books es una pequeña editorial independiente creada en Málaga (un poco de power sureño nos sienta de maravilla por aquí) y centrada en el álbum ilustrado.
Es uno de los grandes descubrimientos de Chavea y una de nuestras principales apuestas, y es que todo en esta editorial nos enamora, comenzando por su editora.
Cuando uno se define en un párrafo de manera tan Clara (como el nombre de la editora, que para más inri, se apellida Canela -en rama, podíamos decir!!), no tenemos más remedio que citarlo:
“Confiamos en el poder de las imágenes, en la magia de los textos y en un gran diseño editorial para contar historias que no te dejarán indiferente”.
Clara Canela es esa mujer valiente que tenía un trabajo consolidado, pero que en 2013 decidió darle un giro a su vida y dedicarse a su pasión, la edición de libros, más concretamente de libros infantiles.
Como decía Fernando Castro, profesor mío de Estética allá por los 90 (OMG!!): “Una obra de arte es la que, cuando la observas/lees/escuchas, no vuelves a ser el mismo”.
Y es que son muchos ya los títulos de Canica Books que enriquecen el “must” de los álbum ilustrados. Por citar algunas referencias que seguro que conocéis, diremos “71 ovejas” y “Fantástico Papá” o «En casa de los tres cerditos huele mal».
La lista es muy larga…. Y la buena noticia es que todos ellos estarán en el stand que la editorial malagueña tendrá en la zona market de nuestro Festival.
Aunque debemos admitir que lo que nos ha ganado en estas latitudes son los “libriscos”, como los llama nuestro amigo Paco Espínola, de Allanamiento de Mirada. Es decir, un álbum ilustrado -en este caso- que registra canciones/poemas con unas imágenes de lo más atractivas y divertidas acompañándoles, y su disco!!
“Un elefante en mi lavadora” y “Mi isla”, ambos de La Chica Charcos, incluyen el disco con las canciones de sus espectáculos que llevan años recogiendo éxitos por todo el territorio nacional. Ya nos lo habéis leído: Tarantino, No quiero ser princesa… You know!!
Son casi cinco años ya los que esta editorial malagueña lleva defendiendo algo con lo que Little Chavea coincide plenamente: les debemos respeto y confianza a la chavalería. Las posibilidades creativas y creadoras son infinitas y no debemos simplificar o reducir nuestra propuesta (o catálogo en el caso editorial) menospreciando la potencia lectora de nuestros menores.
Darles las mejores historias, genialmente ilustradas, compartir su lectura y ese viaje que comienza en la chispa del ingenio de un corazón y se despliega en el libro como artefacto generador de mundos maravillosos.
¿Qué más le podemos pedir, si además de texto e imagen, en estos libriscos tenemos música?
Post escrito por Raquel Hernández, la lectora profesional.