Se acaba el periodo escolar y comienza un larguísimo verano… y salvo que tengas piscina o vivas cerca de la playa, las tardes tienden a hacerse interminables.
Hay muuuuuchas horas en las que salir a la calle es prácticamente imposible por el calor, y las sobremesas a la espera de que refresque un poco se hacen interminables. Si has sido agraciada con peques que duermen la siesta, la cosa se lleva un poco mejor; si como yo, fuiste premiada en el sorteo con niñas alcalinas…, la casa puede terminar convirtiéndose en una auténtica olla a presión…
Por eso, de vez en cuando, desafiamos al sol abrasador y salimos a «horas intempestivas» (según el horario veraniego) hacia lugares donde podemos pasar una tarde al aire libre y fresquitos.
A veces esperamos a que llegue José Manuel del trabajo y directamente nos llevamos bocatas y picoteo rico para comer allí, otras, arrancamos el motor cuando somos conscientes de que una cabezadita de sobremesa es una quimera…
Uno de nuestros destinos favoritos es Aguasblancas, en Quéntar. Una zona recreativa muy cerquita de la ciudad y nada masificada.
Hemos ido mil y una veces, pero en esta ocasión era especial, porque aprovechamos para probar el Opel Zafira, un carrazo familiar, que me prestaron los amigos de Opel Autiberia Granada. Un momentazo oigan, que no estoy yo hecha a estas cosas, y eso de que te llamen para darte amor, un cochazo guapo y cuentes qué te parece…mola. Rollo Cenicienta eh?, que luego tuve que devolver la carroza entre lágrimas…, pero mola.
La ruta es sencilla, basta con coger la carretera de la Sierra, atravesar Cenes de la Vega y tomar el desvío de Quéntar.
Muchísimo cuidado por favor en esta carretera. Está muy frecuentada por ciclistas, sobre todo en verano, y tenemos que ser súpercuidadosos y respetuosos con ellos. Que nadie se ponga nervioso/a a la hora de adelantar, si hay que ir un poco más despacio, se va, y de camino se disfruta del paisaje. Todo antes de poner en riesgo sus vidas.
Por cierto, os dejo aquí la playlist de esta excursioncilla. Cristina, del concesionario Opel, me contó que en cada viaje con su hijo hacen una playist y luego, cuando la escuchan les sirve para recordar las vacaciones y escapadas. ¡Me encanta la idea!, y me la copio.
De la calidad de la playlist no respondo eh?, que para el tema musical tengo poco criterio y me encanta mezclar. Aviso: no es rollo infantil (si buscáis algo así, os dejo link a esta otra playlist, que tiene nuestros must de viajes con peques).
En el camino, el Pantano de Quéntar admite una parada. Las vistas son bonitas y por alguna extraña razón, los pantanos siempre impresionan.
Si sois un poquito más aventureros/as, os recomiendo seguir un poco más adelante y estar muy atentos a algunos caminitos apenas visibles que llevan a la misma cola del pantano. Paraíso para niños y niñas «lanzadores de piedras al agua» y refugio de baño veraniego con un rollete muy hippie.
Aviso: no es cómodo para bañarse, porque apenas hay un camino que termina en el agua, nada de las famosas «playas de interior» que hay en otras zonas. Y mucho cuidadín también con los baños en los pantanos. Aunque hablamos de la cola del mismo (por supuesto alejadísima de la presa), hay que tener mucha precaución con árboles y ramas que puedan haber bajo la superficie. Reconozco que con las niñas no me he bañado ahí, pero si que lo hacía con frecuencia cuando aún no habían nacido y su padre y yo nos escapábamos en moto a nuestro aire… Ainsssss, tempus fugit. Un día eres joven y al otro…, todo te da miedo.
Para llegar a Aguas Blancas, continuamos por la carretera de Quéntar, dirección Tocón de Quéntar/La Peza, hasta llegar a un desvío que indica el camino hacia Aguasblancas. Cuidadín, la carretera se termina aquí, y comienza un carril de tierra con baches «simpáticos». Únicamente hay que ir despacito, no hace falta tener un todoterreno por supuesto, un monovolumen familiar como el Zafira tira estupendamente.
En escasos minutos nos encontramos en la zona Recreativa, situada a lo largo del cauce del barranco Cañogeo, afluente del río Aguas Blancas. Las habituales mesas y barbacoas de piedra, se encuentran repartida en varios grupos (Fuente de la Sabiana, Pasarela, zona de aparcamientos y nacimiento), lo que ayuda a evitar masificaciones.
Es súper tranquilo (entre semana es raro encontrarse con gente) y puedes elegir entre descansar y jugar cerca del río o hacerlo cerca del nacimiento: un lujazo lo del agua fresquita a mano, y un juego sencillo pero infalible cruzar una y otra vez por las pasarelas naturales que se forman.
Para mi es un auténtico descanso, porque las niñas encuentran mil y una maneras de jugar y divertirse, y me puedo permitir el lujazo de leer un rato a la sombra de los árboles.
De la zona del nacimiento parte un camino que tiene un paseo bastante bonito, aunque está más indicado para otras épocas del año por el tema de las temperaturas.
Os dejo aquí un enlace con información sobre la vegetación y la fauna de la zona, así como las coordenadas para navegadores por si teméis perderos.
Si os apetece seguir descubriendo la zona, un poco más arriba, siguiendo la carretera, se llega a Tocón de Quéntar, una pedanía del municipio de Quéntar con menos de 100 habitantes, pero mucho encanto, desde la que parten rutas de senderismo realmente chulas.
Atravesado por el río, la zona es realmente fresquita, y podéis parar a tomar un refresco en la terraza del único bar del pueblo, El Pastor. La verdad es que es una pena que hayan cerrado dos establecimientos con mucho encanto: uno en Tocón y otro en la carretera de Quéntar (Los Prados), pero imagino que la escasa afluencia de turismo los hacía insostenibles.
Y plisplás. Que no hace falta mucho más para pasar una tarde diferente y agradable sin morir abrasados por el veranete granadino.
Sobre el Opel Zafira y el finde que hemos pasado dándole trote, podría resumir la valoración con aquello de «no te lo perdonaré jamás Opel Autiberia, jamás…».
Ahora mis hijas quieren ir siempre en un coche así. ¿Motivos?: para ellas las 7 plazas. La verdad es que es fantástico en ese aspecto. Nostros somos cuatro, y no las necesitamos a diario, pero con 7 plazas pudimos llamar a mi madre, mi hermana, mi hermano…y salir todos juntos a cenar el fin de semana a Pinos Genil sin tener que movilizar dos coches. Estupendo también para esa etapa en la que es muy frecuente que te lleves amigas a casa etc. y las sillas de seguridad de las niñas terminan por eliminar la quinta plaza del coche de facto. Como por arte de magia, ganas dos plazas más.
Las dos plazas extra se consiguen gracias al maletero XXL: tiras de una cintita y …¡chas!: minibús familiar (obviamente, pierdes capacidad en el maletero). Por cierto, que cuando hablo de maletero XXL me refiero a un maletero nivel «flipaflipaquemecabenlasbicisdelasniñas».
En cuanto al resto de historias técnicas, ni me preguntéis, porque los temas del motor no son lo mío, pero puedo resumir diciendo que tiene todas las pijaditas actuales (bluetooth, cámara trasera, manejor por voz etc.), que va como la seda y que «tira». Personalemente no estoy acostumbrada a coches de ese tamaño, pero es realmente fácil de manejar y nada «trasto».
Me cuentan que ahora tienen una ofertaca que te ataca en el concesionario, pero para esas cosas, ya si eso los llamáis u os pasáis por allí y que os cuenten.
Y vosotros ¿dónde os escapáis para sobrevivir a las largas tardes veraniegas en la ciudad?