Hoy os traigo algo diferente, una actividad de educación ambiental para peques que espero que os guste ¡y mucho!
Apta para todas las edades, la actividad de identificación de huellas es perfecta para realizar en familia y para ir introduciendo a los peques en el aprendizaje del lenguaje de los rastros, así como en el respeto de la naturaleza en general.
Nosotros intentamos estar siempre atentos a las huellas y rastros de animales cada vez que hacemos una ruta de senderismo, pero lo mejor de esta actividad es que no exclusiva de grandes excursiones. También vale para cuando salgáis a dar un paseo, estéis echando un rato en el jardín o en el parque.
Aprender a identificar huellas de animales no es nada complicado. Basta con tener algunas nociones claras.
Si sois de natural curioso, y cada vez que salís prestáis atención a lo que os rodea y a lo que vuestros pies van pisando, tendréis la oportunidad de ver incluso las huellas de aquellos animales que son más difíciles de observar normalmente (ya sea porque son de vida nocturna o un poquito más tímidos…)
Hoy os propongo aprender a averiguar de qué animal son las huellas que encontramos ¡Comencemos!
Tabla de contenidos
Antes de salir a buscar huellas ¡prepárate!
Antes de comenzar a buscar huellas es necesario ir bien equipados.
Igual que cuando vamos a ir a la montaña debemos contar con un buen calzado, ropa adecuada etc., cuando vamos a buscar huellas también necesitamos llevar algunas cosas especiales en la mochila.
Por ejemplo ¡un cuaderno de campo! En él puedes plasmar todo aquello que ves: desde plantas a huellas de animales, así como paisajes…
Os cuento un truco para hacer un buen uso de vuestro cuaderno de campo: escribid en él siempre con lápiz.
¿Y por qué?, os estaréis preguntando, pues porque el lápiz, si le cae agua a vuestro cuaderno, no se emborronará y sin embargo algo escrito a bolígrafo quedará ilegible al menor contacto con el agua.
También es interesante, para quienes partan de cero como detectives de huellas, llevar algunos de los trucos que os cuento en este post para poder reconocer los rastros de los animales anotados ¡por ejemplo en vuestro móvil! Os ayudará mucho y no necesitaréis «empollar» antes de salir de casa.
Conforme cojáis experiencia podréis ampliar vuestros materiales de «rastreadores»: guías de huellas y rastros, cámaras de fotos, metros para medir las huellas, materiales para hacer moldes de las huellas…¡hay muchas posibilidades!
¿Dónde buscar?
Allá por donde miréis hay huellas.
De otro lado, los excrementos, las plantas mordidas, los troncos de árboles…os darán muchísima información también, pero eso ya es nivel muy pro y nosotros vamos a empezar en este mundillo poco a poco…
Sabemos que muchos animales dejan huellas en terrenos húmedos y blandos, arenas, en la nieve (¡el invierno con nieve es un excelente escenario de búsqueda!) y sobre todo en aquellos lugares a los que acuden a beber, que suelen ser zonas de barro.
A estos lugares es a los que vamos a prestar especial atención.
Identificando huellas
En este primer post de educación ambiental os voy a intentar enseñar cómo identificar huellas que dejan los animales al desplazarse, principalmente los mamíferos.
Debéis fijaros en cómo se disponen las huellas (cómo apoya el animal al desplazarse).
Os voy a soltar 4 palabrejas sobre los cuatro tipos de huellas, según la forma, que podréis encontrar (y tranquilos, porque vamos a simplificar mucho)
Plantígrados: son aquellos que apoyan toda la planta del pie al desplazarse. Por ejemplo los osos o nosotros mismos.
Semiplantígrados: dejan en el suelo impresa una planta incompleta, solo las almohadillas. En este grupo entran el tejón y la marta, por ejemplo. Son más difíciles de identificar, ¡es un trabajo para rastreadores avanzados!
Digitígrados: los que solo apoyan los dedos o los dedos y las uñas. Los felinos son los que dejan estas huellas, y también los canes. Ejemplos, los que primero se os vienen a la cabeza: gatos y perros.
Ungulígrados: solo apoyan las uñas, que no son uñas como tal, son pezuñas. Representantes de éstos: jabaí y ciervo, por ejemplo.
Para que esto sea aún más fácil, veamos algunos ejemplos prácticos:
Un gato tiene una forma de caminar muy característica y seguro que se os viene a la cabeza solo con nombrarlo: caminan como si estuvieran desfilando y sus huellas, por eso, podrían casi unirse en una línea.
Los perros suelen dejar una huella al lado de la otra, por parejas. Además como van olisqueando cambian su rumbo y van y vienen.
Un ratón de campo es muy común por nuestras tierras, y éstos tienen unas patas muy pequeñas que dejan impresas en grupo como una sola marca.
Los conejos, también corrientes por aquí, dejan huellas en forma de triángulo: apoyan las dos patitas delanteras muy juntas y las dos de atrás, más largas, se ven claramente.
Las perdices tienen también unas huellas muy características, pues el dedo de en medio es el doble de largo que los otros dos de los lados. Esta os la he metido porque la perdiz es muy común en nuestros campos, os dije al principio que hablaría principalmente de mamíferos pero…
Las de jabalí son muy características también y marcan las dos pezuñas delanteras mucho, que es lo que solemos ver de primeras, y las dos de atrás las marcan un poco menos, a veces son imperceptibles para nosotros si no nos fijamos bien.
Qué nos dicen las huellas
Las huellas de un animal pueden indicaros muchos detalles sobre su vida y ambiente.
Por ejemplo, si os encontráis huellas con membranas sabréis que se trata de un animal acuático (o que al menos un tiempo de su vida la pasa en el agua).
Si observáis garras podréis deducir que el animal debe excavar para conseguir su comida o incluso para esconderse.
Si las huellas están muy lejos unas de otras podréis pensar que se trata de un animal alto.
También podréis saber qué estaba haciendo el animal cuando dejó esas huellas: correr, saltar, arrastrarse… ¡ son infinitas las pistas que nos dejan!
Os invito a poner en práctica estas sencillas nociones sobre búsqueda de huellas con vuestros peques.
Lo pasaréis fenomenal, vuestros minis aprenderán un montón sin apenas darse cuenta, y cultivaréis en ellos el amor por la naturaleza.
¡Que comience la búsqueda de huellas!
