Hoy tengo un invitado de lujo en el blog. Se trata de Rafa Román, cofundador de la escuela Montessori Galápagos, que tuve la suerte de ver nacer.
Soy una ferviente admiradora de Rafa, de cómo se expresa y de cómo es capaz de transmitir, con rigor, pero también con emoción, los principios básicos de la pedagogía Montessori, que guía su trabajo en la escuela que creó junto a Olga Hernando, su pareja.
Escucharlo hablar es también una delicia, porque Rafa es un tipo ameno, cercano y tiene un envidiable sentido del humor que, aliñado con una formación humanista, lo convierten en un orador de primera.
Tendremos la inmensa suerte de contar con Rafa Román en el Festival Chavea compartiendo una charla sobre la lectura y el aprendizaje de la lengua en el método Montessori. Será el domingo 25 a las 12:30 en el Espacio Abierto del Museo Memoria de Andalucía. La entrada es libre hasta completar aforo.
Obviamente es una charla para adultos, pero los peques son bienvenidos. Habrá una zona de descanso y lectura libre donde podrán estar mientras los adultos atienden y participan de la charla. Eso si, os recordamos que no se debe entorpecer el proceso de comunicación, por lo que si vuestros peques se sienten agobiados, os animamos a salir y volver a entrar cuando se hayan calmado.
Os dejo con una introducción a la charla escrita por Rafa, que a buen seguro os dejará con ganas de más…
La lengua, por diferentes motivos, no suele ser la asignatura más atractiva del colegio. Y las matemáticas tampoco. ¿Qué tienen en común? Que ambas disciplinas son construcciones humanas abstractas, basadas en un conjunto de normas estrictas para la comunicación, la interpretación y la creación. También tienen en común que son las asignaturas a las que la administración da más importancia desde las primeras etapas escolares. Qué equivocados estamos. La abstracción se va creando de forma colectiva y natural a partir de la interacción con el medio y con una preparación del cerebro progresiva. Los niños no pueden alcanzar el nivel de abstracción que se les presenta de sopetón y con calzador en el colegio. La lectura y la escritura, así como las matemáticas, se tocan, se ven, se manipulan, se juegan y se actúan, se saborean y se bailan.
Los libros los ojeamos y los contamos, los compartimos con otros compañeros, los abrimos al revés, por medio, por donde queramos. Los libros son decoración, son curiosidad y son juguetes, nos acompañan y los creamos nosotros mismos con folios y una grapadora. Y cuando barremos, limpiamos las hojas de las plantas, ponemos tomate en la tostada, abrimos un bote o tendemos la ropa, estamos preparándonos para escribir. No os preocupéis autoridades educativas, queremos disfrutar la lengua, no sufrirla. El programa educativo que tiene cada niño dentro es el que vamos a usar en el salón Montessori, y supera con creces el que viene impuesto desde la administración, pues está enriquecido con el arte de vivir.
Vayamos al meollo del cogollo con un análisis gramatical montessoriano para que sirva de ejemplo:
Ana corre alegremente por la calle.
Triángulo negro – círculo rojo – círculo naranja – arco verde – triangulito azul – triángulo negro.
El triángulo negro es una de las caras de una pirámide negra que usamos para representar el sustantivo. Los nombres son las palabras más antiguas que hay. Las personas ponen nombres y después se mueren, pero los nombres siguen como estaban representando los mismos objetos generación tras generación, y se acumulan sin apenas cambios. Algunos son antiguos como las pirámides de Egipto, como el carbón. Por eso usamos una pirámide negra para representarlos. Los verbos pasan. Son una bola que se mueve siempre, una bola roja, viva como la sangre. “Tráeme un vaso con agua” ¿Dónde está el vaso? Aquí. ¿Dónde está el “tráeme”? ¡Ups! Ya no está. Cada una de las nueve funciones gramaticales tiene una figura geométrica representativa que a su vez se vincula a una pequeña historia.
La gramática montessoriana es una experiencia sinestésica y social, unida a la geometría, a la historia y a la antropología. Apreciamos lo impresionante que es el lenguaje, recogiendo el legado de nuestros antepasados, observando cómo está hecho. ¿Quién inventó las funciones gramaticales? ¿Cuándo? ¿Por qué sólo nueve? ¿En otras lenguas es igual? Investiguemos todo esto.
La lengua no puede convertirse en una barrera psíquica para los niños. Es una obra maestra del ser humano.
Disfrutémosla con ellos.