Cuando en Somoslittle nos proponemos una jornada de turismo familiar de proximidad, vamos pensando en caminar, aprender, disfrutar de las vistas…¡pero también en saborear!
Y es que a veces, la esencia de una localidad se descubre no sólo a través de sus senderos o sus museos, sino que en ocasiones nos llega directamente al paladar.
Hacer turismo familiar en Cogollos Vega es sinónimo de recorrer sus pintorescas calles, conocer la historia de las culturas que lo han habitado, maravillarse con la naturaleza que lo rodea…¡y descubrir el sabor único que lo caracteriza!: el de la aceituna loaime.
Hoy os damos algunas ideas para conocer un poco más este pequeño municipio enclavado en una zona que amamos, el arco noreste de la Vega de Granada, tan próxima como poco conocida y sobre todo, carente de la masificación tan presente en otros territorios muy turistizados.
Como siempre, os dejamos un pequeño vídeo con nuestras experiencias y recomendaciones para disfrutar de una jornada de turismo familiar sencilla y llena de encanto.
Tabla de contenidos
Cómo llegar a Cogollos Vega
Desde la capital se tarda algo menos de media hora en llegar a Cogollos. Tomamos la A92 en dirección Guadix y cogemos el desvío de la GR3424, dirección Güevéjar- Cogollos. Tras atravesar Güevéjar, llegamos a nuestro destino.
El sabor de Cogollos Vega: la aceituna loaime
Quienes producen aceituna loaime son la Resistencia
Los que disfrutamos el aceite de la variedad de aceituna loaime somos la Resistencia. Y quienes lo producen, como los vecinos de Cogollos Vega, auténticos héroes y heroínas del campo.
¿El motivo? el mercado, siempre el mercado.
Resulta que los olivos de aceituna loaime son más pequeños, tienen una producción más reducida de aceitunas y éstas un rendimiento menor. Hablando en plata: deja menos dinero al agricultor tener un olivo loaime que otro de cualquier otro tipo.
Por eso, durante mucho tiempo, estos olivos se fueron arrancando para ser sustituidos por otros que producen un mayor beneficio económico. Y es muy lógico oigan, que bastante complicado lo tienen ya los agricultores/as como para apostar por aquello que deja menos beneficios.
Así las cosas, podemos decir que los olivos loaimes están en «peligro de extinción» en todas partes…En todas, menos en este pequeño pueblo de irreductibles olivareros, que siguen defendiendo las bondades de un aceite cuyo sabor y calidad es único en el mundo. Algo así como Astèrix y Obelix y su pequeña aldea de irreductibles galos en el Imperio romano 😉
Por eso, la Cooperativa San Antonio (con su marca de aceite Los Loaimes), el Ayuntamiento de Cogollos Vega, y todos y cada uno de sus vecinos se están dejando la piel en proyectos de conservación y repoblación para que los agricultores no arranquen estos olivos centenarios sustituyéndolos por otros nuevos y más productivos.
¿Por qué la aceituna loaime es única en el mundo?
Por su inconfundible sabor. Es mucho más dulce que cualquier otro tipo de aceituna, lo que reduce muchísimo ese sabor amargo que habitualmente deja en el paladar el aceite.
A nosotros nos encanta, especialmente a las niñas, que protestan si utilizo en ensaladas aceites más fuertes y amargos.
Es tan delicado su sabor que es de las pocas que se pueden tomar en la mesa una vez maduras, añadiendo solo un poco de sal. De hecho, las aceitunas loaime secas con sal (y un poco de orégano si te gusta) son un placer tan sencillo como espectacular. En cualquier establecimiento de Cogollos te las pondrán de aperitivo y si vas en día de mercado, podrás comprarlas y llevarte a casa una muestra de esta auténtica delicia.
Qué ver en Cogollos Vega
La Cooperativa San Antonio
Después de la encendida defensa que acabo de hacer de la aceituna loaime…¡estaba claro que la primera parada de nuestra visita tenía que ser la Cooperativa!
Si queréis que os enseñen la cooperativa, cómo funciona etc. y sois un grupo o venís de un centro escolar, podéis contactar con ellos para solicitar una visita guiada (siempre en aquellos momentos en que es posible, porque el campo tiene sus ritmos).
En cualquier caso, merece la pena parar en la Cooperativa San Antonio para visitar su tienda, llevar a casa aceite loaime del bueno (hay muchas variedades y presentaciones diferentes) o productos de la tierra como chacinas, quesos etc. ¡a un precio fantástico!
Y si vais justos de tiempo, pero os habéis quedado prendados de la historia de la aceituna loaime, podéis comprar también en su tienda on line, que los pueblos de Granada están al día en nuevas tecnologías.
Centro de Interpretación del Patrimonio Histórico de Cogollos Vega
El lugar donde se asienta hoy Cogollos Vega ha estado poblado desde el paleolítico y se han encontrado en la zona restos de esa época, romanos, visigodos y árabes.
Gracias al esfuerzo de vecinos y vecinas, el apoyo del Ayuntamiento y de acuerdos y colaboraciones con diversas instituciones, Cogollos consiguió sacar adelante el proyecto del Centro de Interpretación de Patrimonio Histórico.
Un Centro que es interesante para quienes visitan el pueblo, pero que sobre todo tiene un valor enorme para los habitantes del pueblo, y que es muestra de la voluntad de cuidar y conservar un patrimonio y una identidad que en tiempos de globalización tiene un valor incalculable.
Aguerridos estos cogolleros y cogolleras ¿verdad?
Con no pocas dificultades y gracias al voluntariado de los miembros de la Asociación que lo gestiona, el centro abre sus puertas con cita previa para quienes desean visitarlo, y ofrece una visita guiada por el mismo que es todo un lujo.
Podéis concertar la cita previa escribiendo a centro.interpretacion.cv@gmail.com o llamando al 680570497.
Nosotras disfrutamos de la amabilidad, el cariño, el saber y el buen hacer de Irene García Luzón, una joven del pueblo con extraordinaria cualificación y un amor por su municipio que desborda y contagia. Como en casi todo en la vida, el factor humano marca la diferencia, y ella tiene mucho que ver con el cariño hacia el pueblo que se me nota en este post.
El Centro de Interpretación en la Plaza del Llanete y es pequeñito, pero está muy bien resuelto.
En él encontramos tres salas:
Una primera dedicada a mostrar el patrimonio cultural y natural de Cogollos Vega a través de paneles y audiovisuales que nos hablan de las rutas y paisajes del pueblo, del cultivo de su aceite y del patrimonio histórico del pueblo, como la Iglesia de la Anunciación que posee una variada colección pictórica de la Escuela Granadina.
La segunda sala está dedicada a mostrar el rostro de los cogolleros y cogolleras a lo largo de la historia y en ella hay cosas tan bonitas como el Bosque de imágenes.
Por último, la tercera sala nos muestra las huellas que las culturas del pasado dejaron en Cogollos Vega y su entorno.
Nos gustó especialmente el planteamiento de esta sala, que huye de las tradiciones clasificaciones temporales para apostar por una clasificación basada en las actividades humanas.
Los baños árabes de Cogollos Vega
Cogollos Vega cuenta con uno de los ejemplos más importantes de baños árabes rurales que se han conservado hasta nuestros días.
Declarados de Bien de Interés Cultural, están a día de hoy pendientes de apoyo institucional para completar un muy necesario proceso de restauración y acondicionamiento necesarios. Pueden visitarse concertando cita en el propio Centro de Interpretación.
Desde mi punto de vista, el acompañamiento en la visita es imprescindible para entender cómo funcionaban los baños, las diferentes salas, el uso que se les dabe etc.
En este vídeo tenéis una explicación bastante interesante sobre estos baños singulares
Eso si, aviso, el primer intento de restauración de los baños hace tiempo fue muy desafortunado, empleando materiales y técnicas que se deberían haber evitado. Deseamos que algo del daño causado por esta primera restauración fallida pueda ser arreglado en parte en el futuro.
Calles, plazas, Iglesia…
Como en tantos otros pueblos, el encanto lo encontramos paseando por sus pintorescas calles y plazas, visitando la Iglesia parroquial de la Anunciación o disfrutando de las espectaculares vistas (¡de la contaminación que tenemos en la capital!) que se divisan desde su mirador.
El entorno natural de Cogollos Vega
Cogollos Vega es un pueblo de media montaña enclavado en el maravilloso Parque Natural de la Sierra de Huétor.
Su entorno es espectacular y ofrece a las familias amantes del senderismo muchas opciones para calzarse las botas y coger la mochila.
La Atalaya
Se trata de una ruta de unos 6 km de dificultad media-baja y que lleva unas dos horas (algo más si vas con peques).
Por cierto, os dejo aquí un audio muy interesante del programa Caminantes de RTVE sobre la ruta, en la que el párroco de Cogollos, que es geólogo, comenta las características de la ruta y curiosidades sobre el municipio.
La ruta discurre entre terrenos suaves y parte montañosa hasta llegar a la torre vigía de La Atalaya.
Se trata de una torre de mampostería del siglo XIV que ofrece una panorámica excepcional y tuvo labores de vigilancia durante la época nazarí y posteriormente en la época nazarí .
El Peñón de la Mata
Con 1663 metros de altura y dada su dificultad no es una ruta familiar propiamente dicha (a no ser que vuestros hijos sean mayores), pero os dejo aquí la referencia por si sois aficionados al senderismo y os animáis en solitario algún día. Ojito: hay que tenerle siempre a la montaña, consultar la predicción meteorológica y llevar buena equipación.
Podéis ver la ruta aquí.
En el Peñón encontramos numerosos restos de trincheras, ya que este lugar fue el escenario de los combates más significativos de la provincia de Granada durante la guerra civil.
Dónde comer en Cogollos Vega
Existen varios establecimientos de restauración en los que disfrutar de la gastronomía local en el pueblo.
Nosotros elegimos el Restaurante Géminis, pequeñito, coqueto y bien atendido. Es famoso por sus pizzas y pastas, pero yo ataqué un codillo que me supo a gloria…
Con peques también os podemos recomendar el Restaurante Catacena, que tiene terraza y zonas exteriores. Especializado en carnes a la brasa.
En El Teide se pueden degustar los platos típicos del pueblo, eso si, por encargo y también algunas especialidades como las frituras de pescado y el jamón serrano.
Si lo que buscáis es un buen tapeo, hay que darse una vuelta por el Bar Alba, el Bar Fran o el Bar del Club del Jubilado (esto es un clásico que siempre depara sorpresas en todos los pueblos).
Por último, una copa tras una comida o una cena (para quienes no tienen que conducir) puede disfrutarse en el Pub Aqua Copas.
Hoy en día podemos comer prácticamente de todo en cualquier restaurante, pero si queréis probar algo típico de Cogollos, lo suyo es pedir choto al ajillo (un clásico en toda la zona), gachas picantes, remojón de aceitunas negras…
Claro que siempre podéis preguntar por el pan mojado en agua, una curiosa tradición de este pueblo que nadie explica mejor que sus vecinos y bien puede servir para entablar conversación…
¡Nos vemos en Cogollos familias!